El Oráculo de Casandra

Solidaria compañera de género,
Recurro a tu consejo pues me he enterado de que tú padeciste un trance similar y quiero que me indiques el camino que debo seguir cuando una queda abandonada en la vida, después de haber conocido tiempos de bonanza en donde el sol no se ponía y siempre era primavera.

¿Quién abogará por mí para entregarme todos los pleitos jurídicos del Municipio y la Gobernación? ¿Quién me podrá nombrar directora de Mercadeo de la Fábrica de Licores? ¿En manos de quién quedarán las labores de protocolo de los despachos oficiales? ¿Quién me designará como proveedora exclusiva de arreglos florales de los festejos locales? ¿Quién hará que editen mis poesías y elaborará los prólogos de nuestros libros? ¿A quién recurriremos para usufructuar los presupuestos de cultura regional? ¿Cómo lograré que me den pauta y, simultáneamente, contratos de obras públicas? En fin de cuentas: ¿Cuándo volverá la luz a esta proterva oscuridad que nos cobija?

Viudas del poder

Supérstites caídas en desgracia,

No hay mal que dure más de veintiún años ni Departamento que lo resista. Todo tiene su cuarto de hora y lo mejor es que se vayan acostumbrando y tratando de acomodarse a las nuevas circunstancias. Tranquilas. Habrá otros que les publiquen sus parrafadas, que les entreguen los presupuestos regionales sin beneficios de inventario y que les permitan ocupar posiciones para las que no están preparadas.

Recuerden el enorme poder que tienen el incienso, el sahumerio y la mica en la voluntad de los poderosos. De seguro que les quedó una buena pensión y unos sólidos patrimonios en las épocas en las que, como Atila, entraron a saco al erario. Acuérdense que el Jefe les traspasó los bienes a algunas y ustedes nunca se los devolvieron.

Ahí nos vemos. Volvemos a hablar en el treinta y dos.

Casandra Acosta, Ovalle, Jaramillo (2), Ramírez, Falla y un apreciable etcétera que, por economía de espacio, no me es posible enumerar.

Credito
CASANDRA YATE TIMOTÉ

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