El Oráculo de Casandra

Querida colega cazatalentos interestelar:

Te escribimos desde la clandestinidad a la que nos hemos tenido que someter el ser lapidadas, oprobiadas, aborrecidas y perseguidas, por cuenta de nuestra intercesión bien intencionada para recuperar cerebros fugados que estén dispuestos a sacrificarse con tal de venir a ayudar a sus paisanos en necesidad. Pero tenemos que reconocer que el último envión nos salió chueco y queremos su sabio consejo para saber como podemos reintegrarnos a la sociedad y qué demos hacer para expiar nuestro enorme pecado y seguir trabajando en beneficio de esta desamparada comunidad.

En completo sigilo
Luz Ángela Puente y Sybila Godoy

Queridas headhunters:
En su debido momento les advertí, les insistí, les dije y les repetí que esa importación de cerebros era peligrosa, pues las experiencias de Noful, Marcelo, Vicente el español, Tomás, Olga Lucía y Nino, fueron desastrosas. Pero hay que reconocer que en esta ocasión ustedes la sacaron del estadio.
Las fórmulas posibles de expiación incluyen rasgarse las vestiduras, echarse ceniza de arroz en la cabeza, leer las poesías de Ituriel y Fernando Sabogal, comer empanadas envigadeñas o por último hacerse el haraquiri, pues no podemos olvidar que ustedes nos hicieron prescindir de los buenos oficios de César, Javier Humberto, de Enrique y de Marco Tulio.

Y para que la cosa no quede vacante y para reivindicarse con el pueblo ibaguereño pueden proponer como sucesora del agente inmobiliario a Dioselina.

Atentamente,

Casandra Espinosa Arbeláez Mejía Quiroga Polanco Castro.

Credito
CASANDRA YATE TIMOTÉ

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