El Oráculo de Casandra

Renovada colega:

Se me agota el tiempo y eso me tiene preocupado. Este tren de vida que exige la gestión pública me obliga a empezar a buscar que hacer desesperadamente.

Yo de “cargaladrillos”, no vuelvo ni por el chiras, ni vuelvo a montar en bus; mínimo acepto la dirección de un programa académico en una universidad privada; pero estoy en una disyuntiva porque en realidad aspiro a seguir en mi ascendente y meteórica carrera pública.

No sé si recordar a los nuevos poderes, que yo fui quien asesoró a “Chucho el roto” en su ascenso al poder, hoy que es el gran elector del neoliberal Luis H. Es oportuno el recorderis? O será que se les ha olvidado? Será que tengo chance de alguna secretaría?


Norger Sanríos

Querido colega:

Subiste como palma y espero que no caigas… Aún es oportuno recordarle a Chucho los temas de tus columnas y contribuciones periodísticas cuando hacía sus campañas contra la pólvora en el San Francisco.


Pero siempre es bueno en estos tiempos de efervescencia y calor tener a la mano un Plan B, porque del plato a la boca se riega la sopa.


Podrías echar mano de tus colegas de gabinete que se encuentran en Bogotá y aspirar a una coloca en el Ministerio de Industria Comercio y Turismo y en último caso trabajar en la Unidad Legistaliva de Bocagrande.


Si ninguna de estas chanfas resulta, siempre queda disponible la axila protectora de Jaime Eduardo en la U. ¡Suerte es que te digo!


Casandra Barreto Ferro Caicedo Delgado Rodríguez Jaramillo.
 

Credito
CASANDRA YATE TIMOTÉ

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