Algo más sobre el desempleo y la informalidad en Ibagué

Pedro Luis Zambrano

En el pasado artículo comenté sobre lo poco que han hecho los sucesivos gobiernos locales de Ibagué, con sus propios recursos y buscando el concurso del Gobierno nacional, para contrarrestar en forma eficiente los problemas del alto desempleo e informalidad que afectan la ciudad durante casi una generación.

Esta situación además, ha propiciado que más personas por hogar traten de acceder al mercado del trabajo, de modo que se aumenta la oferta laboral, baja la calidad del empleo y el ingreso del trabajador se deprime. Estas son varias de las manifestaciones más notables del problema.

Este panorama prolongado durante tanto tiempo, fue descrito por el Doctor Hugo López, investigador del Banco de la República en su Ensayo Número 48 de agosto de 2007, sobre economía regional, dedicado al problema del desempleo en la ciudad, el cual manifiesta: “La situación deficiente del empleo en Ibagué, mayor participación laboral de la ciudad ha sido –no la causa del desempleo - sino más bien un síntoma de la depresión en que se sumió por largos años la economía moderna. El elevado y persistente desempleo que ha exhibido Ibagué ha sido una manifestación sistémica de la baja calidad del empleo (la alta informalidad); los bajos ingresos laborales y la pobreza de la ciudad y no admite soluciones particulares por grupos poblacionales. Para reducirlo modernizar el empleo y elevar la productividad y los ingresos, se requiere de la movilización de las fuerza sociales locales y el concurso del Gobierno nacional”.

Efectivamente, atendiendo a lo dicho por el investigador López, Ibagué ha tenido una sucesión de alcaldes indiferentes, que no han ejercido el liderazgo, ni movilizado las fuerzas sociales con el apoyo del Gobierno nacional, para enfrentar estos problemas estructurales.

Lo que debe esperarse del próximo alcalde, es una administración que ponga en prioridad el combate al desempleo y la informalidad, con proyectos e infraestructuras financiados con recursos del orden nacional, combinados con soluciones de empleo social local.

Es lógico que este tipo de medidas requieren audacia y concentración de esfuerzos y recursos, que no son fáciles de obtener, pero la magnitud de esta problemática justifica poner todo el empeño para superarla.

Es necesario que los candidatos muestren su verdadera intención, con un programa de gobierno claro, que haga posible actuar con contundencia sobre estas lacras sociales.

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