Se aproxima la reforma tributaria

Pedro Luis Zambrano

Mediante un documento entregado al Gobierno, que entre otras cosas se filtró antes del momento adecuado a los medios de comunicación, se pronunció la Comisión de Expertos designada para producir un paquete de recomendaciones, herramienta básica para la inminente Reforma Tributaria Estructural, que distintas administraciones habían intentado sin lograrlo, para superar la intrincada legislación actual en la materia.

Pero cada hecho tiene su tiempo, hoy son varios e imperativos los motivos que obligan el aparecimiento de la reforma, algunos de ellos se refieren a que el Gobierno requiere cubrir el hueco que deja en las finanzas estatales, la crisis del petróleo y el alza prominente del precio del dólar, financiar el llamado período del posconflicto que se avecina y superar con inversiones cuantiosas el atraso que se tiene en materia de vías de comunicación. Lógicamente se debe entender que semejantes retos no pueden superarse solo con unas medidas impositivas, así a estas se les denomine con el mote de Reforma Tributaria Estructural.

Plantea la Comisión un manojo de medidas, en cuanto a la renta, suprimir varios de los impuestos que se dice que sobrecargan las empresas que generan empleos y tributos nacionales, entre estos el Iman y el Imas y los aportes parafiscales y, crear uno que grave las utilidades de las empresas con una tasa cercana al 35%, sustituyendo con él, el Impuesto de Renta y Complementarios y al Cree.

La afectación en las rentas para las personas naturales llegaría a quienes perciban desde una renta líquida de $1’500.000 pesos mensuales, con tarifas que van desde el 2,5% hasta el 35%, pero con menos escalas de tarifa que el régimen actual. Las altas pensiones también serían gravadas.

El regresivo IVA para la mayoría de los bienes y servicios que hoy pagan el 16% tendría como nueva tarifa el 19% y con pocos bienes o servicios exentos, inclusive afectaría, aunque con menores porcentajes, la vivienda nueva no considerada como VIS y los libros y cuadernos.

Las recomendaciones se ven como una receta, con disminuciones a algunas cargas de las empresas, un aumento grande en la tarifa del impuesto del IVA que nos castigará a todos, pero más a las familias pobres, mientras que la clase media tendrá también un duro golpe con el gravamen de renta. No será fácil, sobre todo para los dos últimos actores mencionados, soportar las altas cargas que se avecinan.

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