Acaba de realizarse, convocada por la Secretaría de Integración Social del Distrito Capital, una jornada de ‘Tetatón’, en el Parque de los Novios, con cientos de mujeres que se dedicaron a amamantar a sus hijos, sin abrigar ningún prejuicio por esta actividad y, por el contrario, se trató de rescatar con total naturalidad este importante hábito para la salud de los niños y de las nuevas generaciones. Algo por demás apropiado para esta época, en que se puede notar muchos jóvenes y personas de todas las condiciones sociales y económicas, vinculados a diversas organizaciones y oficios, vulnerables a la aparición de gripes y enfermedades alérgicas, que los afectan de manera recurrente.
Sin poder adjudicar todas estas morbilidades a la falta de leche materna, se sabe de la necesidad que tiene el ser humano de recibir en la infancia los suficientes elementos nutrientes, proteínas, grasas y defensas, que provienen de la leche materna. Sin embargo, estos tiempos, que llamamos modernos, muestran tendencias que privilegian el culto a la perfección corporal e imponen falsas creencias, como aquella de que es mejor reducir el amamantamiento de los niños, para ser madres de avanzada y mantener la estética de los senos, entre otros prejuicios.
Tan equivocada concepción se debe manifestar con efectos perjudiciales, para quienes crecen o han crecido en medio de la carencia total o parcial de la leche materna, por su menor nivel de defensas y su mayor probabilidad, de sufrir reiteradamente durante la vida, afecciones como las ya comentadas.
Por fortuna hoy, desde muchas entidades relacionadas con la salud en la infancia, mundiales y locales, surge la iniciativa de que las mamás retomen el hábito de amamantar en forma libre y natural a los bebés, en cualquier lugar y en las circunstancias en que se estos lo necesiten. Sin duda, el rescate de esta sana práctica contribuirá a mejorar la salud de los individuos, desde sus primeros años.
La Organización Mundial de la Salud y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia Unicef, recomiendan el inicio de la lactancia materna durante la primera hora después del nacimiento; lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses; y lactancia materna continuada durante dos años o más, junto con una alimentación complementaria segura, adecuada desde el punto de vista nutritivo y apropiada para la edad, a partir del sexto mes.
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