House of Cards, enfrentada a Trump’s

José Germán Zarama De La Espriella

House of Cards, la popular serie de Netflix, tiende a volverse cada vez menos interesante debido al enfrentamiento con un ‘reality’ exitosísimo: Donald Trump’s Presidency. La realidad ‘trumpiana’, igual que la de Netflix, se desarrolla sobre una trama basada en el papel de la verdad y la mentira en la política.

El pasado jueves recibimos con asombro un nuevo capítulo, con las noticias de la audiencia de James Comey, exdirector del FBI, ante un comité del Senado. En esta audiencia, el alto exfuncionario confirmó que Rusia sí intervino en las pasadas elecciones presidenciales, que ganó Trump. Pero, además, aseguró que Trump mintió y difamó.

Si creemos en las afirmaciones de Comey, necesariamente llegaremos a aceptar que el actual Presidente ‘americano’ es un mentiroso y difamador. Y uno diría que la cultura norteamericana, basada en una ética protestante, es menos tolerante que la nuestra al engaño y la mentira.

En ‘Verdad y mentira en la política’, libro basado en dos ensayos de Hannah Arendt, se plantea unas preguntas incómodas sobre el tema (Hannah Arendt, dicho sea de paso, es una reconocida académica judía americana en la teoría política del siglo XX, por su análisis del totalitarismo).

Dice Arendt: “La mentira siempre ha sido vista como una herramienta necesaria y justificable para la actividad no solo de los políticos y los demagogos, sino también del hombre de Estado. ¿A qué se debe esto? ¿Qué significa para la naturaleza y la dignidad del ámbito político, por un lado, y para la naturaleza y la dignidad de la verdad y de la veracidad, por otro?...”.

Inquietantes preguntas, tanto para los gringos como para la política en todo el mundo, incluyendo nuestro país, que la misma autora intenta responder con filosofía. En este ensayo, se recuerda, por ejemplo, ‘La Caverna’ de Platón. En este texto, el filósofo griego plantea un conflicto, en la alegoría de la caverna, entre quien dice la verdad y los ciudadanos. En el relato de Platón la comunidad que vive en dicha caverna ama el engaño y la falsedad. Y luego Arendt cita a Hobbes, quien asegura que hasta las verdades matemáticas serían controversiales, de mediar intereses económicos o políticos opuestos a esas verdades.

El libro de Hannah nos ayuda a entender la naturaleza humana, las paradojas políticas en sociedades como la americana (o como la nuestra). Entendemos mejor, aunque no aceptemos, los conflictos democráticos entre la verdad y la necesidad de supervivencia del poder político. Entendemos, aunque no aceptemos, por qué tantas personas siguen empeñadas en creer las llamadas posverdades.

Pero, si uno cree en la esencia humana, en el idealismo del ser, confía en que el imperio de las mentiras tiende a autodestruirse.

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