60 años del Sena

José Germán Zarama De La Espriella

Reseñar al Sena es reseñar a un hijo llegado a la madurez como parte del entorno familiar. En 1957 el Gobierno, empresarios y trabajadores, maduraban un proyecto social. Unos y otros se habían acercado desde los meses previos a junio de 1957, para restablecer la democracia.

Y esta democracia necesitaría concertación para sobrevivir a la confrontación global de la llamada ‘guerra fría’. Dicha fórmula debería presentar una alternativa que superara al capitalismo subdesarrollado y las opciones de revolución latinoamericana. Los colombianos vivían aún las secuelas de un cruel enfrentamiento partidista, pero tampoco estaban contentos con la dictadura militar que surgió como respuesta política. El país exigía oportunidades de educación y trabajo, para las clases menos favorecidas y las incipientes empresas nacidas en una economía cerrada. Eso llevó a la gestación del Sena y el abogado economista Rodolfo Martínez Tono, junto con los jesuitas, ejercieron un papel de parteros sociales.

En la primera década de 1957 a 1966, se consolidó la naciente entidad. Se establecieron las bases técnicas y jurídicas, para brindar formación profesional a los trabajadores, jóvenes y adultos de la industria, el comercio, la agricultura, la minería y la ganadería. Se estableció un sistema ejemplar de gobierno institucional, de naturaleza tripartita: gobierno, empresarios y trabajadores.

De 1967 a 1976, se inició el ‘Programa de Promoción Profesional Urbana’, enfocado a la industria y el ‘Programa de Promoción Profesional Popular Rural’. También se amplió la cobertura a emprendimientos económicos modernos, con la creación del ‘Programa de Desarrollo Tecnológico’ y la ‘División de Desarrollo de Tecnología’.

Entre 1977 y 1986, la economía había crecido en informalidad, con un auge de actividades delincuenciales como el contrabando y el narcotráfico. Los problemas sociales y la lucha subversiva se habían agudizado, especialmente en el campo, y el Sena se involucró en la ‘Capacitación para la Participación Campesina’, dirigida a líderes campesinos e indígenas.

En la cuarta década, de 1987 a 1996, el Sena tuvo que reinventarse. Fue cuando atendió a un inevitable cambio de modelo económico hacia el libre mercado, impulsado por alarmantes índices de descomposición social y violencia, como el contrabando y la informalidad. En 1991, enmarcada en una constitución progresista, el Sena se modernizó y empezó a desarrollar convenios con el sector privado.

De 1997 a 2006, el Sena amplió enormemente su cobertura, para dar cumplimiento a las expectativas constitucionales de un país que buscaba la paz, de diferentes formas.

En los últimos cinco años, el gobierno del presidente Juan Manuel Santos Calderón ha denominado al Sena “La joya de la Corona”, cuyo nuevo objetivo es consolidar la paz. Felicitaciones al Sena, hijo de la democracia, promotor del empleo, la transparencia y de la paz, que cumplió 60 años el 22 de junio

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