¿Falta de discernimiento?

Por cierto, el nuevo consejero del candidato está pendiente de un proceso de casación en la Corte Suprema por el asesinato de Luis Carlos Galán.

Como se expresaba en estas notas la semana pasada, dentro de la hecatombe de los partidos políticos sucedida en los últimos años una de las agrupaciones más favorecidas había sido el Partido Liberal Colombiano.

Tras la vergonzosa experiencia del Proceso 8000 y la aparición de Álvaro Uribe como principal figura política el partido fue desmantelado, para su beneficio, y como aquí se decía: “Sin querer queriendo”. Tras los que fueron a la cárcel por el 8000, los que fueron expulsados y los que adhirieron a La U, Cambio Radical, Alas, Colombia Democrática y el PIN, el partido salió de los más connotados lastres y experimentó una depuración que sólo le ha traído beneficios al punto de que con remozada cara, atractivas propuestas, proyectos sociales y tras una casi completa depuración hoy aparece otra vez como alternativa de poder y reclama escenarios perdidos en el congreso y las regiones.

Por esa misma razón resulta completamente inexplicable que quienes se presentan como candidatos del Partido Liberal para la Gobernación del Tolima y la Alcaldía de Ibagué lo hagan rodeados de personajes con los más oscuros antecedentes.

A menos que los candidatos Delgado y Rodríguez hayan permanecido en un convento budista en el Tibet en los últimos cuatro lustros, tienen la obligación de saber que sus nuevos aliados conservadores, los excongresistas Gonzalo García y Luis Humberto Gómez, fueron procesados y condenados por la Corte Suprema no propiamente por “estar cogiendo café”, sino por su probado contubernio con grupos paramilitares.

En cuando hace al excongresista Alberto Santofimio, a quien el candidato Rodríguez acude en busca de consejo y lo llevó a engalanar su inscripción como candidato del Partido Liberal, debe recordársele que Santofimio fue expulsado de la colectividad, fue quien sirvió de Celestina para el ingreso del cartel de Medellín y el de Cali a la actividad política y recibió dinero de Pablo Escobar y los Rodríguez Orejuela para sus actividades, así como socializó con Gonzalo Rodríguez Gacha, “El Mexicano”, Carlos Lehder e Ignacio “El Palomo” Aguirre, entre otros criminales.

Por cierto, el nuevo consejero del candidato está pendiente de un proceso de casación en la Corte Suprema por el asesinato de Luis Carlos Galán. El ciudadano del común no sabe cómo calificar lo sucedido, si como una falta de seso de los candidatos o el regreso al pasado y el recuentro con parámetros morales y de conducta que se suponía habían sido completamente superados.

EL NUEVO DÍA

Comentarios