Inexplicables actuaciones

A propósito: ¿Quién o quiénes son los propietarios de las áreas espurias y fuera de la cota de servicios de la zona de Aparco que se intentó incluir subrepticiamente en el POT? Son muchas las inquietudes que surgen de tan precario manejo y sería oportuno que la administración las aclarara tanto a Cortolima como a la comunidad.

Ni al más desalumbrado ciudadano escapa la importancia que un Plan de Ordenamiento Territorial POT tiene para una ciudad del tamaño de Ibagué y sus habitantes.

El POT es la carta reguladora de los desarrollos urbanísticos, el que fija los límites de las áreas urbanas y rurales, determina las zonas donde han de ubicarse las industrias, el comercio, las zonas de entretenimiento y los desarrollos habitacionales. Especifica las áreas de expansión con base en la disponibilidad de la infraestructura de servicios, entrega definiciones taxativas por las que han de regirse los funcionarios y le brinda a los ciudadanos elementos sobre los cuales podrá reclamar derechos y regulará sus actuaciones.

En suma, dicta hasta dónde pueden llegar la ciudad y sus habitantes, dónde pueden ubicarse y dónde no, y define qué actividades y cuáles no se pueden desarrollar de acuerdo con parámetros y mapas que han de ser concertados entre la administración, los entes de control y la ciudadanía toda.

Pese a todo lo anterior han pasado nada menos que 11 años sin que las diversas administraciones hayan concretado las indispensables reformas y necesarias precisiones que se advirtieron desde el mismo momento en que se legalizó el POT vigente.

Tal parece que tan esencial instrumento no fuera prioritario para los gobiernos que bajo los más nimios pretextos dejan pasar los requeridos plazos para determinar las reformas y dejan así al albedrío de funcionarios y organismos como las curadurías urbanas la definición de las discrepancias y las opciones que han de afectar la vida y derroteros de la ciudad en la actualidad y en años por venir.

El proceder se repitió en esta oportunidad y pese a las glosas de Cortolima expresadas en septiembre y noviembre de 2013, el pasado 14 de marzo la administración volvió a insistir con una propuesta llena de elementos controvertidos y simplemente inaceptables: Se incorporaron áreas al suelo urbano y de expansión que no concuerdan con el área establecida en el mapa y los valores fijados en el mismo documento. No se acompañaron los documentos con los indispensables estudios de oferta hídrica ni la actualización del catastro de redes de acueducto y alcantarillado (mucho menos un plan maestro de los mismos). Igual aconteció con el estudio requerido para determinar el horizonte en cuanto a la disposición de las basuras.

Vale decir el documento aportado parece elaborado por gente que acostumbra a hacer trampa jugando solitario y cree que nadie la ha de supervisar.

A propósito: ¿Quién o quiénes son los propietarios de las áreas espurias y fuera de la cota de servicios de la zona de Aparco que se intentó incluir subrepticiamente en el POT?

Son muchas las inquietudes que surgen de tan precario manejo y sería oportuno que la administración las aclarara tanto a Cortolima como a la comunidad.

REDACCIÓN EDITORIAL

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