Un panorama deprimente

Ocupar posiciones entre el noveno y el décimo sexto en una tabla de 22 departamentos tan solo indica que se está brindando una educación de tercera clase a los alumnos que no tendrá resultados distintos a la mediocridad de los egresados y a condenar a la región y a sus habitantes a la carencia de oportunidades y futuro.

En medio de los panegíricos y elegías elaborados por razón de la muerte de Gabriel García Márquez alguien tuvo el acierto de recordar lo que el artista expresó 20 años atrás en el informe de los llamados Sabios sobre la educación y de cómo no parece haber pasado un solo día, pues la situación en Colombia no se modifica.

Por estos días también se han conocido estudios de entidades oficiales y privadas, a más de las rendiciones de cuentas de los funcionarios que muestran el desértico panorama del sector no solo en el país sino, particularmente, en el Tolima.

El escándalo sobre los resultados de las Pruebas Pisa no amaina, aunque no se percibe similar estupor por los aún peores índices de los estudiantes tolimenses.

En la edición dominical hacía referencia el profesor Chamorro a los resultados de un estudio del Consejo Nacional de Productividad, CNP, y los concatenaba con las pruebas Saber 11 para ahondar en el triste escenario: En las mediciones del CNP el Tolima es 16 entre 22 departamentos en lo que se refiere a cobertura; en cuanto a calidad, ocupa el noveno puesto, y la enseñanza media del Departamento queda en el décimo lugar.

En cuanto a las pruebas Saber para el grado 11, el Tolima queda en el puesto 15 en Matemáticas, Lenguaje y Ciencias. Y de 100 establecimientos educativos situados en categoría baja en dichas pruebas, en la última medición aparecieron 124 establecimientos.

El contraste con el país produce desazón, pues mientras el 31 por ciento de los establecimientos educativos del Tolima aparece en la categoría de avanzados, el país registra el 44 por ciento de los suyos.

De los 383 millardos de pesos que conforman el presupuesto para educación el Tolima el 95 por ciento proviene de la Nación y el tres de las regalías, lo que deja un magro dos por ciento de contribución a los recursos propios; mientras en Antioquia se pone como meta que el 50 por ciento de los recursos sea dedicado a la educación.

Ocupar posiciones entre el noveno y el décimo sexto en una tabla de 22 departamentos tan solo indica que se está brindando una educación de tercera clase a los alumnos, que no tendrá resultados distintos a la mediocridad de los egresados y a condenar a la región y a sus habitantes a la carencia de oportunidades y futuro.

EL NUEVO DÍA

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