De víctimas y vetos

Mucho contribuirían las Farc a crear un ambiente más propicio a los diálogos si liberan a los secuestrados y, además, revelan los sitios en los que están los restos de los plagiados que murieron o fueron asesinados en su poder. Sería un doloroso pero positivo paso.

Gran debate se ha abierto sobre la identidad, el número y el origen de los representantes de las víctimas que han de acudir a La Habana. ¿Quién los nombra? ¿Cuántos han de ser? ¿Cuáles los argumentos para designarlos?

Como en toda discusión muchos se abrogan el derecho a seleccionar o vetar los nombres pese a que unos son los mayores causantes de víctimas y, otros, quienes se han opuesto denodadamente a los diálogos de paz.

Como la paz es un asunto que atañe a todos y tendrá efectos par todos los colombianos sin distingos, bueno sería que a las reuniones pudieran acudir representantes de víctimas de los grupos guerrilleros, los paramilitares y del mismo estado.

Por la misma razón no debe admitirse la objeción que las Farc expresan por la presencia del general Luis Herlindo Mendieta Ovalle, a quien tuvieron secuestrado doce años y lo sometieron a toda suerte de vejámenes, si se quiere más repudiables que los aplicados a otros miles de colombianos secuestrados.

Por cierto, para añadir una pizca de optimismo a los diálogos antes de que colapsen, es preferible que las Farc acepten su parte en la conformación de esa tragedia que ha cobrado más de seis millones de víctimas, sin eufemismos ni camuflajes ya que sí secuestraron, sí asesinaron, sí extorsionaron, sí reclutaron niños, sí cometieron actos de terrorismo, sí atentaron contra civiles inermes y cometieron tantos otros horrores.

Volviendo al general Mendieta, en lugar de vetar su nombre, deberían hacer caso a su reclamo y liberar los secuestrados que aún están en su poder, ya que, como se conoció en un informe reciente de la organización internacional Human Rights Watch, las Farc continúan cometiendo crímenes contra los civiles en la zona de Tumaco, entre ellos el secuestro, tal como quedó plenamente identificado en el informe citado.

Mucho contribuirían las Farc a crear un ambiente más propicio a los diálogos si liberan a los secuestrados y, además, revelan los sitios en los que están los restos de los plagiados que murieron o fueron asesinados en su poder. Sería un doloroso pero positivo paso.

REDACCIÓN EDITORIAL

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