Inventiva, creatividad y evolución

No se vaya a pensar que esta fórmula de desaparecer los recursos es exclusiva de la región, pues si se consulta el libro de Felipe Romero sobre la contratación en Bogotá llamado “El Cartel de la Contratación”

Aquellos que señalan como carentes de inventiva a los burócratas de la región y los tachan de no evolucionar con los tiempos, un rápido vistazo a las formas de contratación aplicadas les dan un mentís irrebatible.

Lejanos están los días en los que suscitaba escándalo en la somnolienta Ibagué de los años 70 y 80 del siglo pasado, cuando la persona a cargo de una empresa de servicio público cobraba a los contratistas un lánguido 10 por ciento de cada contrato adjudicado.

La picaresca local contaba que el sujeto de marras recibía a los contratistas con las manos extendidas para simbolizar el monto de la exacción y que el pánico cundió en el gremio el día en el que el mencionado sujeto llegó a trabajar en “abarcas tres puntá” pues fue el momento en el que se dobló la tarifa ya que el funcionario los recibió con manos y pies extendidos.

El ciudadano fue lanzado al ostracismo cuando su mentor y gran dispensador de canonjías descubrió que le estaba engañando con el producido de su feudo. Inexplicablemente el sujeto fue repatriado años después por un gobernador que le adjudicó un contrato de aulas tecnológicas auspiciado por el gobierno español que sufrió enorme merma en su realización, no obstante el fracaso, el mismo gobernador le adjudicó al improvidente el contrato de restauración del Panóptico con el resultado que a todos nos avergüenza.

Para muestra de la evolución un alcalde contrató trabajos para la realización de una avenida sin que se pudiera encontrar rastro alguno de los trabajos contratados. Ya el asunto había llegado al ciento por ciento. No se vaya a pensar que esta fórmula de desaparecer los recursos es exclusiva de la región, pues si se consulta el libro de Felipe Romero sobre la contratación en Bogotá llamado “El Cartel de la Contratación”, se encuentra en la página 135 que la forma de pagar comisiones sin dejar rastros del ilícito se hace por transporte de materiales por un monto cerrado en metros cúbicos y valores absolutos “lo cual no es usual que suceda”.

Lo que lleva a fórmulas realmente innovadoras y fabulosas como la advertida recientemente en la que se firma un contrato por 4.6 millardos de pesos para instalar una tubería en un plazo de 11 meses, se hace entrega de los diseños y planos para la ejecución de los trabajos, se hace un anticipo por gran parte del valor del contrato y luego se reclama a la empresa contratante por 18.5 millardos de pesos aduciendo que no existían tales planos y diseños (con la aquiescencia de funcionarios oficiales) evento en el que no se hace el trabajo y se cobra más del 400 por ciento del valor acordado.

¡Un caso inimaginable de creatividad y visión empresarial! Del cual no parece haberse percatado ningún organismo de control.

REDACCIÓN EDITORIAL

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