Horizonte despejado

Por cierto, ya no se ha vuelto a requerir el subsidio auspiciado por el gobierno y de coincidir los factores ha de transcurrir un largo lapso para volverse a necesitar. Y como muchas de las protestas tenían un componente político y electoral que fue superado tras finalizar las campañas electorales, no es factible que se vuelvan a ver movilizaciones en muchos meses.

Resultaba difícil predecir un panorama auspiciosos para el gremio cafetero cuando se multiplicaban los bloqueos de vías y los paros campesinos en los primeros meses del año pasado.

Si bien el café ha dejado de tener la importancia del pasado cuando era la columna vertebral de la economía y la principal fuente de exportaciones, no deja de ser la base de los ingresos de más de medio millón de familias y crucial elemento en la estructura social y económica de numerosas regiones.

En el corto lapso transcurrido las lóbregas proyecciones del sector han dado un vuelco radical por razón de una combinación de factores que se descartaba un año atrás.

En primer lugar el programa de renovación de cafetales comienza a dar sus frutos y de un punto bajo de producción de apenas 8.5 millones de sacos se espera culminar el año con una producción en Colombia superior a los 11.5 millones de sacos.

A la vez el precio del dólar que parecía sumido en una espiral descendente ha rebotado y ya supera los mil 920 pesos y se especula con que llegue a dos mil pesos antes de terminar el año.

El precio de la rubiácea en los mercados internacionales se encontraba deprimido y ya superó los dos dólares por libra en Nueva York.

Como la bonanza de unos es producto de problemas de otros se reciben preocupantes noticias de las zonas productoras del Brasil que dan cuenta de una grave sequía que afecta los cafetales y que, de acentuarse, y prolongarse hará que se mengüe la producción del gigante suramericano a volúmenes sin antecedentes.

La combinación de todos los factores enunciados lleva a los estudiosos a pronosticar una bonanza sustancial basada en altos precios internacionales del producto y un incremento notorio de la producción en el país.

Por cierto, ya no se ha vuelto a requerir el subsidio auspiciado por el gobierno y de coincidir los factores ha de transcurrir un largo lapso para volverse a necesitar. Y como muchas de las protestas tenían un componente político y electoral que fue superado tras finalizar las campañas electorales, no es factible que se vuelvan a ver movilizaciones en muchos meses.

El aumento de los ingresos ha de traer bienestar a amplios sectores en los que se reactivará la demanda y se dinamizará la economía.

REDACCIÓN EDITORIAL

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