Sin red de protección

Hasta ahora los padecimientos han corrido por cuenta de los más desprotegidos para quienes la única opción en salud está representada en los servicios de la red pública y sus penurias reciben poco despliegue en los medios, pero en cualquier momento la suerte se acaba y se presenta una emergencia mayor con consecuencias para todos, aún para aquellos que pueden pagarse una atención particular

Corren los días y la crisis del Hospital Federico Lleras no tiene trazas de solucionarse, mientras la comunidad bordea el peligro de una emergencia en salud que ojalá no suceda.

Por supuesto que la situación no va a resolverse por sí sola, en tanto las contingencias se acumulan.

Nos informan que se han terminado los contratos de 990 funcionarios que allí laboraban en condición de temporales, de manera que solo quedan alrededor de 140 de planta que equivalen a un poco más del 10 por ciento de la nómina usual.

Por lo pronto se han cerrado temporalmente (y quien sabe por cuánto tiempo) los servicios de obstetricia y ginecología en el principal hospital de la región y las entidades que lo suplen no tienen la capacidad para hacerlo y son sobrepasadas por la demanda al punto de colapsar.

El Gobierno nacional ha dicho que el asunto es más serio de lo que se pensaba, pues la cartera que aparece registrada como fuente para atender parte de los pasivos no corresponde a la realidad sino es fruto de deficiencias en los registros contables. De manera que el déficit es aún mayor a lo que se estimaba.

Pero no parece haber prisa entre quienes tienen bajo su responsabilidad tomar las decisiones impostergables que se requieren. A muy pocos les parece prioritario y aún menos se pronuncian reclamando una acción inmediata.

La actitud es absolutamente irresponsable y afortunadamente no se ha presentado un evento catastrófico que ponga a prueba la irregular situación.

Los trabajadores han manifestado su angustia en todas las formas posibles ante la indiferencia ciudadana y, por supuesto, la pasividad de quienes tienen a su cargo el manejo de la emergencia.

Hasta ahora los padecimientos han corrido por cuenta de los más desprotegidos para quienes la única opción en salud está representada en los servicios de la red pública y sus penurias reciben poco despliegue en los medios, pero en cualquier momento la suerte se acaba y se presenta una emergencia mayor con consecuencias para todos, aún para aquellos que pueden pagarse una atención particular.

REDACCIÓN EDITORIAL

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