Insólitas coaliciones e hirsutas reacciones

Algunas cosas quedan muy en claro con los primeros escarceos: que lo que finalmente se apruebe no tendrá mucha similitud con las propuestas iniciales, que bajo la superficie se mueven intereses muy concretos y que quedan cicatrices de anteriores confrontaciones que no han terminado de sanar.

Las primeras de cambio en las comisiones del Congreso en las que se comienza a analizar la propuesta reforma del equilibrio de poderes ha producido alianzas impredecibles, defecciones imprevistas y reacciones histéricas que indican la gran sensibilidad que los temas generan, los intereses que se sienten amenazados por el solo hecho de discutir sobre su alcance y la animadversión soterrada que existe entre algunos sectores de las ramas del poder.

Todo cuando apenas se enuncian las propuestas y se someten al primero de los ocho debates que exige la Constitución. Cuando no se ha profundizado en fórmulas de aplicación y profundidad de los temas a tratar y apenas se insinúa la discusión nacional que ha de acompañar a tan complejos y trascendentales decisiones en el ordenamiento del Estado, el ámbito en el que se han de mover los protagonistas y los organismos de vigilancia sobre el actuar de los funcionarios.

No era fácil imaginar que una iniciativa liderada por Claudia López, senadora de los Verdes, fuera secundada por la bancada del Centro Democrático y un sector de la coalición de gobierno, precisamente en contra de la propuesta gubernamental respecto del controvertido tema.

Tampoco era previsible la hirsuta reacción del Fiscal general Eduardo Montealegre que compara la decisión en primer debate en la Comisión con la toma sangrienta del Palacio de Justicia por el M-19 y llama a la resistencia civil y a la lucha en las calles del poder judicial en contra de la iniciativa.

Algunas cosas quedan muy en claro con los primeros escarceos: que lo que finalmente se apruebe no tendrá mucha similitud con las propuestas iniciales, que bajo la superficie se mueven intereses muy concretos y que quedan cicatrices de anteriores confrontaciones que no han terminado de sanar.

Otra cosa sale a flote y es que habrá necesidad de enviar a ciertos despachos varios frascos de esencias florales y pasiflorina para matizar la histeria.

REDACCIÓN EDITORIAL

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