Repasando peligrosas prácticas

Ahora que el caso de Space ha vuelto a traer a la palestra los problemas del hierro de baja calidad, la laxitud de las curadurías y el contubernio entre entidades oficiales y urbanizadores y contratistas piratas sería oportuno que se repasara lo ocurrido, aunque sea para proteger a los habitantes de los proyectos.

El país vio asombrado la demolición de las 4 torres restantes del conjunto Space de Medellín tras haberse determinado por estudios concienzudos que las estructuras tenían deficiencias insalvables en su construcción que las hacían inviables y ponían en riesgo la vida de miles de ciudadanos.

Aunque aún no se conocen la totalidad de los estudios ya se ha revelado que gran parte de la culpa reside en los cálculos estructurales realizados para llevar al límite la economía en la construcción.

Los noticieros televisivos del fin de semana han permitido conocer que a lo anterior se añade el uso de hierros y aceros de contrabando que no cumplen con las exigencias de los códigos colombianos relativos a la sismo resistencia de las construcciones. Lo anterior añade un turbio elemento a la ya controvertida historia del conjunto demolido y los numerosos proyectos de la cuestionada constructora antioqueña en Medellín y Bogotá.

No se piense que el problema se limita a las obras de este grupo empresarial, pues a lo largo y ancho del país las dañinas prácticas han encontrado suelo abonado para tan controvertidas ejecutorias. Asombrosamente con la aquiescencia y el contubernio de entidades estatales.

Como bien lo pueden aseverar asiduos lectores en las páginas de este rotativo se denunció una serie de irregularidades detectadas en la construcción de miles de viviendas promovidas y financiadas con el auspicio del mismo Ministerio del ramo en la modalidad de viviendas de interés social VIS.

El contratista llegaba con la asignación debajo del brazo y realizaba similares y cuestionadas prácticas aquí y en otras ciudades (Pereira por ejemplo). El tiempo se ha encargado de darle la razón al periódico cuando se presentan problemas de acueducto, alcantarillado, vías y otros servicios públicos en las urbanizaciones en mención. A tiempo y con testimonios gráficos que también fueron publicados se mostró la llegada a las obras de camiones cargados con hierro traído de Venezuela que no cumplía con las exigencias legales y nada pasó. De hecho desde Bogotá vino una comisión de Fonade que avaló todas las irregularidades y desvirtuó las graves denuncias que señalaban las controversiales prácticas.

Ahora que el caso de Space ha vuelto a traer a la palestra los problemas del hierro de baja calidad, la laxitud de las curadurías y el contubernio entre entidades oficiales y urbanizadores y contratistas piratas sería oportuno que se repasara lo ocurrido, aunque sea para proteger a los habitantes de los proyectos.

REDACCIÓN EDITORIAL

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