Lluvias mil

La pregunta que aparece siempre indaga por la razón por la cual si todo esto se sabe, los gobiernos (nacional, regional o local) pese a contar con los recursos y las licencias y ante la imperiosa necesidad de realizarlos solo se empeñan en desarrollar obras públicas en abril, mayo, octubre y noviembre.

Nuestras bisabuelas tenían la costumbre de otear el clima de los meses siguientes mediante la distracción de las cabañuelas que alteraban la molicie de los primeros días de cada año. Cálculos que se matizaban con el inmutable, anaranjado e imprescindible Almanaque Bristol. De la misma manera a como se podía predecir, sin muchos conocimientos de meteorología, que habría “en abril lluvias mil”.

Sin embargo y pese a esas primitivas y remotas técnicas refrendadas por los Max Enríquez del mundo, los satélites meteorológicos, el canal del tiempo y los ineluctables padecimientos de los que soportan la gota y el reumatismo, se sabe, con casi absoluta precisión, que abril y mayo son meses con altas precipitaciones, así como el fenómeno se repite en octubre y noviembre. Razón por la cual en este rotativo una nota en similar sentido se repite con consistencia parecida desde hace 22 años. Como si se precisara de prueba adicional la temporada lluviosa en Ibagué se ve acompañada, indefectiblemente, con la presencia de un circo o una ciudad de hierro que desafía los aguaceros y las tormentas.

La pregunta que aparece siempre indaga por la razón por la cual si todo esto se sabe, los gobiernos (nacional, regional o local) pese a contar con los recursos y las licencias y ante la imperiosa necesidad de realizarlos solo se empeñan en desarrollar obras públicas en abril, mayo, octubre y noviembre.

El Viaducto del Tigre en la vía Ibagué - Armenia, abandonado por cinco años solo pudo intervenirse en octubre y en el más congestionado momento al final de la semana de receso estudiantil. Así como el reparcheo de las calles de Ibagué solo puede hacerse en la temporada lluviosa, pese a que el dinero requerido para tales trabajos le fue aprobado a la Administración por el Concejo hace más de dos años y se cuenta con la línea de crédito bancario pertinente. Pero bueno parece que la idea fuerza (que llaman ahora) consiste en importunar más al ciudadano, en desperdiciar más los recursos y en exasperar al mayor número de compatriotas.

¿No será que les regalan un frasco de Agua Florida de Murray y una copia del Bristol?

REDACCIÓN EDITORIAL

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