El abucheo al ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, por un grupo de participantes en un encuentro de víctimas de las Farc en Bogotá reitera el método utilizado por grupos neonazis y falangistas en varias asambleas, foros y manifestaciones realizados recientemente en el país.
No son fórmulas nuevas, pues son idénticas a las empleadas por los grupos paramilitares de las camisas pardas de las SA de Hitler en los años 30 y 40 del siglo pasado, similares a las acciones de choque de las camisas negras de Mussolini e incluso a los toton macoutes de Duvalier.
Ya habían sido detectados en las protestas campesinas anteriores a las elecciones a pesar de haberse mimetizado entre los auténticos manifestantes. Luego aparecieron en Cali en otra reunión de víctimas (en esa ocasión de agentes del Estado) en la que tomaron fotos de los participantes e intentaron golpear a un periodista que los identificó.
Más tarde en una reunión en la que se iba a escuchar las quejas de los grupos campesinos en Bogotá y con ello desmontar el paro campesino, apareció un sujeto burdamente camuflado como campesino que se dedicó a impedir los debates y a gritar a todo pulmón reclamando su condición de agricultor afectado, rápidamente fue identificado como abogado participante en las reuniones de neonazis que reciben el apoyo y el patrocinio de la representante del Centro Democrático y esposa del presidente de Fedegán, José Félix Lafaurie. La congresista se ha hecho tristemente célebre por sus controvertidos comentarios y extremas posiciones.
El ministro Cristo sabía que se estaba fraguando el abucheo que pretendía impedir su intervención en la reunión de víctimas, pero prefirió enfrentar con argumentos la vocinglería de los falangistas. La actitud de Cristo terminó por imponerse, ya que tras su intervención fue aplaudido por la mayoría de los asistentes.
Puede decirse que les falló el cálculo a los promotores de la gritería, ya que Cristo es, precisamente, el ponente y promotor de las leyes de Víctimas y Restitución de Tierras, cuando los que están detrás de los que gritan no querían reconocer a las víctimas y se oponían con las más diversas formas de lucha a la restitución de tierras a los desplazados y despojados. Tampoco recordaron que Cristo tiene todos los argumentos para participar en un encuentro de víctimas de la guerrilla, ya que su padre fue asesinado por un comando del ELN.
Hay que estar pendientes, puesto que los neonazis no demoran en pasar al atentado personal.
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