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El consenso que se logró para la designación de Enrique Mejía Fortich para la presidencia de la Junta permite augurar buenos aires en las urgentes e inmediatas decisiones que se deben tomar para encaminar a la corporación por la ruta que requiere y desea la región.

La reciente elección de Junta Directiva en la Cámara de Comercio de Ibagué CCI por un período de cuatro años provoca gran expectativa y abre la esperanza de que las controversias y enfrentamientos de los últimos años sean cosa del pasado y el ente gremial enfoque su enorme potencial en favor de sus afiliados y la comunidad en general.

Redundante resulta recabar sobre la importancia que un organismo como la CCI reviste para una región, especialmente si esta se debate en medio del desempleo y con carencias administrativas insoslayables. Razón de más para dejar atrás estériles confrontaciones e intereses personales que nada bueno trajeron y que, por el contrario, consumieron energías, recursos e imagen que hubieran podido tener más plausible aplicación.

La renovación observada en el máximo cuerpo directivo permite augurar un ambiente de cordialidad y derroteros claros que permitan optimizar las oportunidades y los recursos. Es de esperar que en concordancia el Gobierno nacional proceda en forma similar en la designación de los representantes del sector oficial en el órgano directivo.

Viene entonces, la selección del nuevo Presidente Ejecutivo, decisión que en los últimos años ha alentado las confrontaciones y las disensiones al interior de la Junta Directiva y que, es preciso señalarlo, no han sido las más afortunadas, pues han privado los intereses particulares y el amiguismo por encima de las altas exigencias profesionales y personales que se requieren para quien sea designado para la estratégica posición.

El consenso que se logró para la designación de Enrique Mejía Fortich para la presidencia de la Junta permite augurar buenos aires en las urgentes e inmediatas decisiones que se deben tomar para encaminar a la corporación por la ruta que requiere y desea la región.

No queda nada distinto a desearles a los dignatarios el éxito en su gestión ya que de allí solo pueden desprenderse beneficios para la comunidad.

REDACCIÓN EDITORIAL

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