Optimizar los recursos escasos

La meta puede parecer corta, pero implica un enorme trabajo eficiente y eficaz no solo en la construcción de las aulas y laboratorios requeridos, sino también, principalmente, en la preparación de los maestros de excelencia que han de sustentar el programa, a más del necesario sostenimiento de los refuerzos alimenticios para los alumnos.

En ocasiones algunos funcionarios del alto gobierno, pero particularmente el presidente Santos, exponen ideas sin madurar o dan respuestas al calor del momento que, posteriormente, deben ser elaboradas con presupuestos, recursos y consecuencias o, luego de reflexionar deben enmendar la plana tras controversias innecesarias.

En el sector educativo y muy precisamente a través de la nueva ministra Gina Parody, luego de hacerlas conocer se han complementado juiciosamente con la estructuración de programas, metas, plazos y cifras que permiten augurar auspiciosos resultados.

Así ha ocurrido con el plan ‘Ser pilo paga’, al que muy pronto salieron críticos y que, sobre la marcha, ha sorteado demoras burocráticas, intentos de boicoteo y mal ambiente propiciado por algunos sectores recalcitrantes, paro que al final se consiga consenso por las bondades del programa y la crítica que sobrevive tiene que ver con el tamaño de la iniciativa que, se reclama, vaya más allá de los 150 millardos de pesos anunciados y los 40 mil estudiantes beneficiados.

Otro programa que afrontó críticas al momento de ser esbozado fue el de la jornada única en los planteles escolares oficiales, no por la idea en sí que todos consideran necesaria y beneficiosa, sino por la magnitud del esfuerzo económico y los recursos humanos y materiales que requiere.

Más cuando se da a conocer en medio de grandes afugias fiscales que han obligado a la reducción drástica de los presupuestos en todas las áreas. Por eso es bienvenida la reafirmación del Gobierno en el sentido de que al finalizar 2018 no menos del 30 por ciento de los alumnos de los planteles oficiales encuentre jornada única en las instituciones educativas.

La meta puede parecer corta, pero implica un enorme trabajo eficiente y eficaz no solo en la construcción de las aulas y laboratorios requeridos, sino también, principalmente, en la preparación de los maestros de excelencia que han de sustentar el programa, a más del necesario sostenimiento de los refuerzos alimenticios para los alumnos.

Por otro lado, ha comenzado con pie firme el programa de bilingüismo con la llegada de los primeros contingentes de profesores extranjeros que han de contribuir al perfeccionamiento y calificación de los programas de enseñanza del inglés.

Como se decía, todo en medio de escasez de recursos, pero con la consigna de que no puede haber mejor inversión que la que se hace en educación de calidad.

REDACCIÓN EDITORIAL

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