A la hora de definir el voto

Por supuesto que se sabe que son muy pocas las promesas de campaña que se concretan en realidades, pero el elector dispone de información sobre las actividades, las amistades, los aliados y las capacidades de la gran mayoría de los aspirantes.

El ambiente político anda agitado pues se acerca la hora de las definiciones de los partidos y movimientos con la mira puesta en las elecciones de octubre.

Son múltiples los aspirantes a concejo, asamblea, gobernación y alcaldía que pretenden ser ungidos como candidatos mediante cualquiera de las formas aceptadas y para el efecto dan declaraciones, hacen reuniones, saludan en la calle y dejan correr la especie de sus cercanías con el supremo comendador, el presidente del partido, el mandatario de turno, el cura del pueblo, el pastor de la congregación o los delegados a la convención.

Se extraña, eso sí, que no se tenga noticia del programa de gobierno, la propuesta de beneficio colectivo, una posición ante los grandes problemas de la región o el país, criterio sobre el manejo de los recursos o signos (aunque sea leves) de actividad cerebral.

Si bien algunos son totalmente desconocidos, hay otros que, por el contrario, manejan frondoso prontuario a falta de hoja de vida. Son los electores los que deben preocuparse por las personalidades, programas, destrezas, antecedentes y conocimientos de aquellos a los que potencialmente habrá de apoyar con su voto.

No es poco lo que está en juego pues quienes resulten vencedores tendrán en sus manos los destinos y recursos de la región o el municipio por cuatro años y de su gestión podrán derivarse el progreso, las oportunidades y el bienestar de los habitantes del territorio.

Por supuesto que se sabe que son muy pocas las promesas de campaña que se concretan en realidades, pero el elector dispone de información sobre las actividades, las amistades, los aliados y las capacidades de la gran mayoría de los aspirantes.

Ya algunos han revelado sus intenciones: uno promete dotar de orejas a la avenida fantasma que fue su creación, el otro se compromete a continuar con la obra de gobierno de la actual administración, el de más allá solo puede mostrar su cercanía y gestión como testaferro de un narcotraficante o su conexión con paramilitares o parapolíticos, de manera que si alguien vota por ellos se atiene a las consecuencias y no podrá argüir que fue engañado o que desconocía las circunstancias, como ha acontecido numerosas veces en el pasado.

REDACCIÓN EDITORIAL

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