Editorial: Un futuro distinto

Sin duda en medio de ese escenario positivo no faltan los vividores y estafadores, algunos muy conocidos, que buscan esquilmar a familias y robar los sueños de jóvenes, mediante falsas promesas de contratos y gloria. A estos les debe caer la ley y recibir el escarnio público.

En días pasados un connotado intelectual se dolía porque en el país la mayoría de los niños (y sus padres) anhelaba convertirse en el próximo James y dedicaba sus esfuerzos, recursos y ratos libres a entrenar y participar en encuentros y torneos, mientras que muy pocos hacen iguales tentativas para llegar a ser un científico, un intelectual de valía o un literato destacado.

Lo mismo podría decir de aquellos niños que en pueblos y ciudades se empeñan en llegar a ser un reguetonero, el próximo rey vallenato o la mejor bailarina de salsa.

Por supuesto que sería muy loable que escuelas y colegios estuvieran repletos de investigadores, aspirantes a escribir la novela más destacada, un futuro premio Nobel o el descubridor de la vacuna contra el cáncer. Mas no es censurable y, por el contrario, debe ser mirado con esperanza y optimismo que la juventud tenga otro campo de mira y contemple opciones diferentes a las que, muchas veces, el diario vivir les ofrece en su entorno: vendedor de narcóticos, sicario, extorsionista, proxeneta, saqueador del erario, secuestrador, ladrón, pandillero o miembro de un grupo armado ilegal.

Por cierto, los triunfos de deportistas y músicos colombianos alrededor del mundo, que se han traducido en reconocimiento e ingresos considerables para ellos y sus familias, cada vez más se convierten en generosos proyectos que contribuyen a financiar establecimientos educativos, escuelas de formación musicales y deportivas y apoyos a quienes demuestran voluntad y talento.

Así James, Jackson y Guarín patrocinan escuelas de fútbol y formación en diversos lugares del país, de la iniciativa de Shakira se construyen estupendos colegios, Vives se convierte en productor de nuevos talentos y Juanes se dedica a apoyar a quienes han padecido desmedro. De manera que su éxito lo convierten en un círculo virtuoso que solo buenas nuevas puede ofrecer.

Sin duda en medio de ese escenario positivo no faltan los vividores y estafadores, algunos muy conocidos, que buscan esquilmar a familias y robar los sueños de jóvenes, mediante falsas promesas de contratos y gloria. A estos les debe caer la ley y recibir el escarnio público.

Ojalá llegue el día en el cual al lado de un James aparezca otro Gabo y la nueva Shakira sea acompañada de una estudiosa émula de Patarroyo, para que cada día haya menos Pablo Escobar, Gonzalo Rodríguez, ‘Mono’ Jojoy, Mancuso, Rodrigo Jaramillo, Rito Alejo, Jorge Noguera y ‘Jorge 40’.

REDACCIÓN EDITORIAL

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