Las crudas cifras del desempleo

Resulta entonces, menos claro que opciones como las de la financiación del acueducto complementario o las instalaciones deportivas para los Juegos Nacionales (intensivas en puestos de trabajo) hayan sido manejadas con tal desgreño, pachorra y falta de compromiso.

El desempleo en el país con respecto al mismo período en el año pasado creció en medio punto porcentual, lo que pone fin a una buena racha de disminución de este que se había convertido en el pasado reciente en el peor de los índices macroeconómicos de Colombia, pero que, afortunadamente, se había reducido consistentemente a través de los últimos años. Es de esperar que lo ocurrido sea solamente un tropezón y no la reversión de una tendencia. Ya que del análisis de las diferentes cifras se deduce que todavía es mucho lo que falta por hacer.

De otro lado, la que aparece estancada desde hace muchos meses es la capital del Tolima. Basta revisar los resultados del trimestre enero- marzo revelados el pasado viernes por el Dane. Ibagué aparece en el poco envidiable cuarto lugar del escalafón de desempleo que sitúa en el podio a Armenia, Quibdó y Cúcuta. El desempleo en Ibagué cerró en 13.8 por ciento, tres puntos porcentuales por encima del promedio nacional de las 23 ciudades más grandes y casi el doble de Montería que con 7.2 por ciento ocupa la mejor posición.

Al índice que siempre se destaca y recibe periódicamente la mayor atención debe acompañársele con los de subempleo subjetivo y objetivo y allí el asunto se complica, pues mientras Ibagué aparece con 34.5 y 14.9 por ciento, lo que en plata blanca muestra que en Ibagué prácticamente la mitad de la población económicamente activa (48.3 por ciento) no tiene trabajo estable ni con las prestaciones de ley. Claro que si se opta por el desempleo objetivo el índice bajaría a 28.7 por ciento, que de todas maneras es casi dos veces y media el de Montería que suma el 11 por ciento.

Resulta entonces, menos claro que opciones como las de la financiación del acueducto complementario o las instalaciones deportivas para los Juegos Nacionales (intensivas en puestos de trabajo) hayan sido manejadas con tal desgreño, pachorra y falta de compromiso. Para no hablar de insólitas contrataciones como las de la decoración de Navidad (Secretaría de Cultura) hechas en Medellín. Así, ni modo.

REDACCIÓN EDITORIAL

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