De la Constitución y ciertos procesos de selección

Los cadáveres de jóvenes torturados y asesinados eran arrojados por volquetas a ‘La Escombrera’ y, luego, cubiertos con una retroexcavadora. Se calcula que allí, bajo una montaña de desechos, están no menos de 400 cadáveres.

Dice la Constitución que todavía está vigente, en su Título II, Capítulo I, De los derechos fundamentales en su artículo 11: El derecho a la vida es inviolable. No habrá pena de muerte. Para complementar lo anterior, aunque no lo parezca pues todavía no ha sido derogado, en el artículo 12 reza: “Nadie será sometido a desaparición forzada, a torturas ni a tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes.

Lo anterior para tener una base de discusión común, pues, en ocasiones, hay que decir como el campesino al que preguntaron que qué opinaba de la pena de muerte y en su sabiduría e ingenuidad contestó: “Que la quiten”.

El asunto viene a cuento por las decisiones de la Fiscalía, el informe sobre Colombia de Human Rights Watch, HRW, las acciones de las guerrillas del ELN y las Farc y las reacciones de la Presidencia, la Procuraduría y el senador Uribe con respecto a hechos del pasado y el presente que son objeto de investigación y debate.

Sobre algunos de ellos ya se ha comentado en estas mismas líneas, aunque vuelven a la palestra por el informe de HRW y las investigaciones de la Fiscalía. Este último organismo reburuja en partes muy oscuras del alma nacional y retoma la investigación sobre la tenebrosa ‘Escombrera’ de Medellín y la controvertida Operación Orión, ejecutada en la comuna 13 de la capital antioqueña en octubre de 2002 siendo comandante de la Policía el general Leonardo Gallego y de la IV Brigada el general Mario Montoya.

Lo que hasta ahora se conoce es que en la toma de la comuna 13, ocupada entonces por milicianos y bandas criminales, se llevó a cabo un operativo que a más de las fuerzas del orden tuvo el apoyo del Bloque Cacique Nutibara de las AUC, al mando de Diego Fernando Murillo Bejarano, el famoso ‘Don Berna’, quien fungía como jefe militar y político de Medellín, con poder sobre la truculenta ‘Oficina de Envigado’. Al menos eso aseveran varios testigos (exintegrantes del Cacique Nutibara) tales como ‘Móvil 8, Juan Carlos Villa Saldarriaga’.

Las acciones se prolongaron por varios meses y los cadáveres de jóvenes torturados y asesinados eran arrojados por volquetas a ‘La Escombrera’ y, luego, cubiertos con una retroexcavadora. Se calcula que allí, bajo una montaña de desechos, están no menos de 400 cadáveres.

La Fiscalía investiga a quién corresponde la responsabilidad de las torturas y los crímenes. Y ya ha comenzado el furor contra el ente acusador, igual al que se levanta por la investigación de los ‘falsos positivos’ o el de los ‘buenos muchachos’ que entraban narcotraficantes y mafiosos por los sótanos del Palacio de Nariño para urdir montajes contra los magistrados de la Corte.

¿De cuál basurero seleccionarían a los funcionarios?

REDACCIÓN EDITORIAL

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