Editorial: De ladrones, reprobados en historia y muros divisorios

A lo mejor en la alborotada cabellera de la senadora Valencia se ha aposentado el mismo elemento que invade la de Trump. Sus intervenciones en el Congreso así parecen indicarlo.

En los últimos meses se han escenificado controvertidas declaraciones de personajes que pretenden ocupar un lugar en el panorama político de sus respectivos países, para el cual no parecen poseer los más elementales rudimentos. Al menos su conocimiento de la historia es penosamente precario.

Se identifican los dos personajes por sus claras convicciones racistas, excluyentes e histéricas.

El uno, el aspirante a la candidatura del partido Republicano en Estados Unidos, que ha calificado a los mexicanos de ladrones y violadores, a más que propone el levantamiento de una muralla para impedir el paso a sus vecinos del sur que pretendan llegar al país del aspirante.

Olvida el empresario televisivo que quienes se apropiaron de más de la mitad del territorio mexicano fueron los Estados Unidos. Despojo que no fue propiamente pacífico ni legal. Valdría la pena que Donald Trump repasara el Tratado Guadalupe Hidalgo para que se percatara de donde provienen los estados de California, Nevada y Utah, a más de grandes porciones de Arizona, Colorado, Nuevo México, Wyoming, Oklahoma y Kansas. Para no hablar de la anexión de la República de Texas. Claro si se ha de hablar de ladrones.

Dicen los que saben que los nidos de las aves están compuestos en partes iguales de paja y caca. El nido que corona la cabeza de Trump parece hecho exclusivamente del último elemento.

De otro lado, en Colombia una senadora propone la partición del departamento del Cauca pues manifiesta que los indígenas que lo habitan están invadiendo las propiedades de la gente de progreso y, reclama también, la construcción de una muralla que impida el acceso de los de piel oscura a su lado de la partición.

Tal parece que la senadora Paloma Valencia ignora que quienes eran los propietarios originales del territorio eran esos mismos indígenas que ahora menosprecia, que así estaba determinado en las Leyes Nuevas de Carlos V cuando se crearon los Resguardos para tratar de enmendar los horrendos abusos de los conquistadores, que a principios del siglo pasado hasta bien entrados los años 30 la ley que regía era 89 de 1890 que preservaba los Resguardos y que pretermitiendo dicha ley unos usurpadores de tierras en aras de un supuesto progreso y liderados por un expropiador llamado Ignacio Muñoz, que se apropió para sí (con toda suerte de argucias) de más de 50 mil hectáreas, despojaron a los indígenas de sus territorios ancestrales, que son los que ahora reclaman los indígenas. Por cierto Muñoz era el bisabuelo de la combativa senadora.

Habrá que estar muy alertas pues dentro de tal concepción y con tan confusos argumentos no demora la ínclita senadora en proponer el levantamiento de otro muro, en este caso en el Tolima, para separar las extensas propiedades de su familia de las del vulgo que estaría agrupado en la porción más pequeña de la repartija.

A lo mejor en la alborotada cabellera de la senadora Valencia se ha aposentado el mismo elemento que invade la de Trump. Sus intervenciones en el Congreso así parecen indicarlo.

REDACCIÓN EDITORIAL

Comentarios