Editorial: Avestruces

¿Quién asume el lucro cesante y los costos de funcionamiento de los apartamentos no habitados? ¿Quién los daños en la carretera por la fatal instalación de la tubería? ¿A cuál presupuesto se carga el transporte de agua en carro tanques? ¿Quiénes son los mentirosos?

Todo parece indicar que algunos funcionarios y contratistas municipales practican la estrategia del avestruz, de enterrar la cabeza en un agujero y pretender que los problemas e irregularidades desaparecen. Cuando no, como acontece con las denuncias de las deficiencias en la alimentación de los niños que se provee con recursos gubernamentales y que fueron formuladas por la propia Personería, tras una verificación personal de los hechos y que ahora asigna la contratista a una confabulación entre competidores, rivales políticos o enemigos personales que, supuestamente, esconden los panes y las frutas, hasta cuando se deterioran, para así hacer quedar mal a los proveedores.

Lo mismo ocurre con el penoso caso del suministro de agua a los multifamiliares de El Tejar, cuya construcción terminó en diciembre de 2014 y todavía no se cumple el compromiso de la administración de conectar la edificación a un sistema confiable de agua potable.

A quienes han señalado a lo largo de varios meses que lo que se ha hecho no es deficiente, sino que por su precaria construcción va a provocar daños en cuantía mayor a la de los mismos trabajos se les ha señalado de mentirosos y enemigos del progreso por advertir sobre los perjuicios y estropicios cometidos.

El tiempo es un juez implacable y muestra que ocho meses después de entregados los mil 100 apartamentos por los constructores y pese a estar habitados apenas 480 no hay agua disponible de acueducto alguno y el líquido racionado del que disponen los habitantes del conjunto se suministra por medio de siete carro tanques (algunos del cuerpo de bomberos) y las obras para traer el agua desde las quebradas de Cataima y Cataimita solo desastres han causado a la carretera sobre la que se instala una tubería con las fallas más protuberantes que se puedan describir.

Respecto de tan perjudiciales y costosos sucesos no existe pronunciamiento de los organismos de control ni de los interventores ni de los funcionarios contratantes.

¿Quién asume el lucro cesante y los costos de funcionamiento de los apartamentos no habitados? ¿Quién los daños en la carretera por la fatal instalación de la tubería? ¿A cuál presupuesto se carga el transporte de agua en carro tanques? ¿Quiénes son los mentirosos?

REDACCIÓN EDITORIAL

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