Editorial: La conexión española

Los nexos con la Madre Patria se han estrechado y de allí provino (eso nos dijeron) la nunca bien ponderada Typsa, empresa contratada para elaborar los diseños de los escenarios de los malogrados Juegos Nacionales.

A lo largo de las últimas administraciones de Ibagué ha surgido una asombrosa conexión con una modesta población española de un poco más de 240 mil habitantes, llamada Vitoria, capital de Álava y sede de instituciones de la comunidad autónoma del país vasco.

Cuentan quienes han ido que allí existe una colonia de ibaguereños que han conformado un cuerpo de baile con el que recuerdan los aires típicos colombianos. No se imagine el lector que el grupo ha evolucionado de tal manera que ha superado el atractivo del Bolshoi o la magnificencia del Royal Ballet o que el bambuco y el pasillo han barrido con otras manifestaciones artísticas. Lo que genera intriga es el hecho de que allí han ido nutridas comisiones y comitivas de ibaguereños, encabezadas por los últimos alcaldes, por cuenta del erario, con el propósito de estrechar los lazos entre las dos comunidades.

Un efecto de esas visitas lo constituyó la afluencia de varios expertos del acueducto de Vitoria (no se tiene referencia alguna de la sapiencia o experiencia de tales profesionales) que cruzaron el Atlántico y permanecieron varios días en la capital del Tolima, supuestamente para asesorar a la Gerencia del Ibal (que se sepa nada de provecho produjo la asesoría, pero sí valdría la pena conocer quién asumió el costo de tan misteriosa e inútil visita).

Los nexos con la Madre Patria se han estrechado y de allí provino (eso nos dijeron) la nunca bien ponderada Typsa, empresa contratada para elaborar los diseños de los escenarios de los malogrados Juegos Nacionales, por nada menos que 11.5 millardos de pesos y de cuya gestión solo quedaron unos renders que la administración municipal publicó en Semana en un publirreportaje (seguramente bien costoso) en diciembre de 2014, acompañado de una serie de cifras fantasiosas cuya lectura solo provoca rabia pero que puede servir de guía a los organismos de control si alguna vez se le miden a investigar es latrocinio.

Supone el ciudadano que el alcalde Luis H. Rodríguez en su periplo por España aprovechó para constatar en directo las obras diseñadas por Typsa, de las que nada se supo por estas tierras, así como tampoco se conoció de sus antecedentes.

Mas he aquí que a instancias del super asesor Arciniegas, que pasó una larga temporada en España, no solo se encargó a los peninsulares los diseños, sino que también se seleccionaron otras firmas españolas la ejecución de las obras para los escenarios con similar y desastroso resultado, tan solo comparable a la debacle del Acueducto Complementario, también asesorado por el magín de prodigioso asesor.

Es de suponer que los viajes a Vitoria de las nutridas caravanas oficiales caerán en desuso.

REDACCIÓN EDITORIAL

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