Editorial: ONU, posconflicto y violencia

Ya se habla de que el Eln trata de copar las áreas de Córdoba desocupadas por las Farc y las distintas bacrim harán lo propio.

La disminución de hechos violentos como consecuencia de las conversaciones de paz entre el gobierno y las Farc en La Habana es indudable, pero mientras tanto las diversas bacrim incrementaron su violencia y se sabe que harán lo posible por copar los espacios del país en donde las Farc dejen de operar. Cosa similar pasó en otros sitios del mundo, especialmente en El Salvador, donde la paz con la guerrilla disminuyó esa violencia, pero de inmediato se multiplicó la otra, la de la delincuencia organizada sin bases políticas.

El Centro de Noticias ONU (http://www.un.org) habló de esto en un artículo del 19 de agosto de este año, diciendo que “Los actores armados están adaptándose y anticipándose a la nueva situación que podría surgir tras un acuerdo de paz con las Farc-Ep” y además contó de un informe ordenado por la Oficina de la ONU para Asuntos Humanitarios “a dos instituciones europeas” en el que analizaron “los nuevos modos de actuar” de las distintas bacrim y en lo que podrían convertirse durante el posacuerdo entre el gobierno y las Farc, luego de firmada la paz el 26 de septiembre próximo en Cartagena.

Señala el informe a las bacrim de origen paramilitar como “los encargados de llevar a cabo la mayoría de violaciones de los derechos humanos y el Derecho Internacional Humanitario, y advierte que continuarían operando en un escenario de posacuerdo, pugnando por los territorios bajo control de las Farc” y enfatiza que se incrementaron los sucesos violentos “como amenazas y extorsión, entre otros”.

La ONU recomienda al gobierno colombiano garantizar la protección de personas y poblaciones perjudicadas, lo que incluye tener aquí a “actores humanitarios nacionales e internacionales”, pero por supuesto, no puede limitarse a estos.

Para poder proteger a personas y poblaciones se necesitan hombres del Estado en armas ejerciendo la fuerza y la represión legítimas, porque además se requiere proteger también a los actores humanitarios que recomienda la ONU.

Ya se habla de que el Eln trata de copar las áreas de Córdoba desocupadas por las Farc y las distintas bacrim harán lo propio. Nada de lo anterior puede sorprender a nadie y el Estado tendrá que tener suficientes efectivos como para saturar las áreas violentas, nuevas y antiguas, con tropas suficientes para acabar a las bacrim, como hizo el gobierno en distintas áreas del país, incluyendo a los Montes de María.

Es un momento muy difícil ante la falta de ingresos del gobierno porque no solo se requiere financiar la fuerza militar, sino que el Estado llegue a todos los rincones del país con educación, salud, servicios públicos y proyectos productivos, y eso también requiere de mucha inversión. Como la reforma tributaria no puede ser confiscatoria porque se terminaría de frenar la economía nacional, el Estado debe buscar fuentes adicionales para financiar el posconflicto y el indispensable control territorial.

REDACCIÓN EDITORIAL

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