Cuando el país avanza en el respeto de las minorías, cuando ha sido líder latinoamericano en reconocer las diversas formas de familia y protegerlas, el Congreso sorprende a los colombianos aprobando en primer debate el referendo con el cual se pretende negar la adopción por parte de parejas del mismo sexo y de padres o madres solteras.
Según la iniciativa, liderada por la senadora del partido Liberal Viviane Morales, solo el hogar conformado por la forma tradicional de papá, mamá e hijos puede considerarse una familia. En opinión de la Senadora, cualquier otro tipo de hogar, no solo el conformado por una pareja homosexual, sino también el de una mamá soltera y sus hijos, o el de un divorciado o viudo no es “óptimo” para acoger a los miles de niños que esperan ser adoptados en el país.
La propuesta de Morales no puede merecer más que rechazo. Desconoce la Senadora la realidad de los hogares colombianos, donde según el estudio titulado ‘Mapa mundial de la Familia 2015’, Colombia es el país donde más niños viven sin ambos padres, pues solo el 62% de los menores viven en el hogar “ideal” que plantea la Congresista. El resto está conformado precisamente por esas familias que la Senadora repugna.
Tal vez cree Viviane que son miles y miles las familias a la espera de que les entreguen un niño en adopción, cuando por el contrario, son cerca de cinco mil menores los que están en los centros del Icbf a la espera de ser adoptados.
Muchos de ellos ya son mayores de cinco años o tienen algún tipo de discapacidad, por lo cual lo más probable es que jamás encuentren el calor de un hogar. ¿Y pretende ahora la senadora Morales cerrarles aún más esta posibilidad exigiendo su ideal de familia?
La iniciativa de Morales, además debe ser repudiada, pues tomó estudios científicos del siquiatra Kyle Pruett, que “demostraban” que solo en esta familia conformada por papá y mamá podía criarse de manera correcta un niño. Esta distorsión de los estudios fue públicamente rechazada por su autor, quien manifestó que sus investigaciones solo han concluido que lo que necesita un niño es el amor de una familia, sin importar su forma.
Sorprende también que sea precisamente Viviane Morales quien pregone este referendo en defensa de “la moral y la familia”, cuando ella misma es una mujer divorciada, casada en segundas nupcias con Carlos Alonso Lucio, un exguerrillero sobre el que pesan todos los cuestionamientos éticos, que estuvo en la cárcel y sobre el que se habló de supuestas relaciones con el paramilitarismo.
El hogar es ese lugar donde un niño encuentra afecto, apoyo, protección, amor y valores, y este puede tener muchas formas. Y esta conquista no la puede borrar un referendo infame como el de Morales.
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