Editorial: A un solo paso

Falta, por supuesto, el hito del próximo domingo en el que la ciudadanía se expresará con su voto y con la voluntad para que el proceso continúe o pare en seco. Sobre este tema no podrá existir aguas tintas, de hecho, no se podrá votar en blanco.

Pasó el 26 de septiembre y en esta ocasión las lágrimas en las mejillas de los colombianos fueron de regocijo y alegría: una de las más crueles confrontaciones había cesado, con el mundo de testigo.

Los frutos de las prolongadas conversaciones que desembocaron en el acuerdo firmado en Cartagena hace rato se experimentan para beneplácito de millones de habitantes de extensas regiones de Colombia (y de países que han tenido que compartir nuestra guerra y otorgado asilo y hogar a nuestros desplazados).

Como no se veía desde lustros atrás han cesado las confrontaciones con su saldo de heridos, desplazados, mutilados y muertos. En territorios enteros ya se puede transitar sin que penda sobre el viajero la amenaza del asalto y el secuestro y la horrenda estadística de muertos, desaparecidos, secuestrados y refugiados parece estancada.

A lo anterior se suma que el ELN, en un gesto de reconocimiento de lo alcanzado, ha anunciado una suspensión de acciones ofensivas durante el tiempo que resta para el plebiscito del domingo, con el objeto de no interferir en la expresión de la voluntad popular.

De otro lado, se acumula la solidaridad internacional para con la inmensa, costosa y prolongada tarea que ha de llevarse a cabo en procura de la paz y la reconstrucción del tejido social destruido en más de 70 años de violencia y guerra fratricida. La presencia de las cabezas de los más importantes organismos multilaterales de crédito en la ceremonia de Cartagena se convierte en un sólido respaldo para el proceso y la ratificación del apoyo necesario para que el proceso avance y se solidifique.

Falta, por supuesto, el hito del próximo domingo en el que la ciudadanía se expresará con su voto y con la voluntad para que el proceso continúe o pare en seco. Sobre este tema no podrá existir aguas tintas, de hecho, no se podrá votar en blanco. El veredicto de las urnas dirimirá, de manera clara, lo que ha de proseguir y todos deben acatarlo.

REDACCIÓN EDITORIAL

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