Editorial: Tributo azucarado

Por un lado, Fenalco, lo ha criticado, ya que según su presidente Guillermo Botero, esta medida afecta directamente a los tenderos y pequeños comerciantes, y en poco contribuye a reducir las cifras de obesidad y sobrepeso.

Revuelo causó un artículo publicado el pasado lunes por la revista ‘American Journal of Preventive Medicine’, en el cual un grupo de investigadores estableció que 96 organizaciones de salud en Estados Unidos, y cuyas misiones específicas contemplan luchar contra la obesidad, recibieron apoyo y patrocinio de Coca-Cola y Pepsi, las dos multinacionales de gaseosas más grandes del mundo, y acusadas de ser causantes principales del incremento del sobrepeso, la obesidad y la diabetes en las personas. Lo anterior, con el fin de limpiar a punta de patrocinios, su imagen frente a dichas acusaciones.

Frente a ello, y teniendo en cuenta, el incremento de las cifras de mortalidad a causa de estas enfermedades, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó aumentar los impuestos a las bebidas azucaradas en un 20%, con el fin de que se reduzca el consumo de estos productos, y a la persona que los consume les cueste un poco más. Así ha sucedido con el tabaco, en donde según la OMS, ha funcionado de manera exitosa. Sin embargo, en nuestro país, una de las medidas que también se adoptó con esta intención, fue la prohibición de la venta de cigarrillos por unidad, y contrario a ello, lo que generó fue que la persona que compraba máximo uno o dos tabacos al día, comprara la cajetilla entera.

En Colombia, la discusión del impuesto a las bebidas azucaradas se ha tornado compleja. Por un lado, Fenalco, lo ha criticado, ya que según su presidente Guillermo Botero, esta medida afecta directamente a los tenderos y pequeños comerciantes, y en poco contribuye a reducir las cifras de obesidad y sobrepeso. Por otra parte, el ministro de Salud, Alejandro Gaviria, y la senadora, Claudia López, han manifestado su respaldo a la idea del impuesto, al considerarlo pertinente y a favor de los colombianos.

Lo cierto, es que en países como Noruega, Australia, Finlandia, Dinamarca y México, el impuesto a las bebidas azucaradas, y a la confitería, según investigadores del sector salud, ha funcionado positivamente, promoviendo el consumo de otras bebidas, como el agua carbonatada y los jugos estrictamente naturales. Sin embargo, esa medida, ha ido acompañada de diferentes estrategias para promover los hábitos de vida saludable, y la alimentación sana. Ojalá que de aprobarse o no, dicho tributo en Colombia, el Gobierno nacional haga lo mismo, y promueva con mayor firmeza, charlas y eventos educativos que generen conciencia, no solo en el tema de las gaseosas, sino del tabaco y los licores. Finalmente es su deber velar por el bienestar de los colombianos, a diferencia de Fenalco, quienes en este caso defienden sus intereses de lucro y los de sus asociados.

REDACCIÓN EDITORIAL

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