Editorial: Viaducto de la 60, ¡Acuerdo ya!

Otro tema, es el manejo de los recursos, pues mientras que la Alcaldía ha propuesto el fondo común, la Gobernación quiere asumir la totalidad de los costos, probablemente con el fin de ejercer mayor control sobre la construcción de la obra y mostrarla como gestión suya.

Si hay algo que tienen en común el gobernador del Tolima, Óscar Barreto, y el alcalde de Ibagué, Guillermo Alfonso Jaramillo, a pesar de las diferencias ideológicas, es el trabajo incansable y la disciplina con la que enfrentan los desafíos a la hora de gobernar.

Eso ha sido reconocido a lo largo del tiempo por diferentes personajes de la política y la vida pública regional. Sin embargo, a pesar de esa particularidad que los une en medio de tantas diferencias, los dos mandatarios no han podido ponerse de acuerdo en la construcción de las obras que quieren hacer en Ibagué.

Si bien, Barreto ha manifestado en múltiples ocasiones su deseo de invertir recursos en la capital tolimense, pareciera que esa idea no ha caído del todo bien en el Palacio Municipal, pues son varias las veces en las que tanto el Gobernador, como su Secretario de Infraestructura, han salido a decir que la Alcaldía no otorga los permisos correspondientes para el inicio de las obras que ellos quieren realizar, entre ellas, inversión en malla vial.

Sin embargo, el alcalde Jaramillo, quien se había mostrado reacio frente a las propuestas del Gobernador, recientemente propuso que para la construcción del viaducto de la 60, los recursos vayan por mitad, entre Gobernación y Alcaldía, y que estos sean administrados por un tercero.

No obstante, la propuesta al parecer tampoco cayó del todo bien en la Gobernación, pues el Secretario de Infraestructura del Tolima, manifestó que el gobierno departamental tiene la firme intensión de asumir los costos del viaducto en su totalidad, los cuales ascienden a un total de 30 mil 500 millones de pesos.

Sin embargo, Barreto, no se ha pronunciado sobre la contra propuesta del Alcalde, y más allá de las posturas de su Secretario, esperaríamos que el mismo Gobernador hiciera referencia a ello.

Varios temas de fondo en esta discusión. El primero de ellos son las diferencias normales que existen entre un Gobierno departamental a manos de un conservador, y un Gobierno municipal bajo mandato de un alcalde más liberal y progresista. Además de ello, las diferencias personales ya conocidas entre ambos mandatarios.

En segundo lugar, los celos políticos que genera la construcción de una obra de tal importancia para la ciudad, la cual se ha convertido en una necesidad, y ha sido promesa en algunas campañas electorales. Otro tema, es el manejo de los recursos, pues mientras que la Alcaldía ha propuesto el fondo común, la Gobernación quiere asumir la totalidad de los costos, probablemente con el fin de ejercer mayor control sobre la construcción de la obra y mostrarla como gestión suya.

Veremos qué pasa en medio de esta puja que tiene a Ibagué en un “sándwich” político, y que por el bien de sus ciudadanos, esperamos que esta y las demás obras que quiera hacer el Gobernador en Ibagué, se concreten en consenso, con voluntad de ambos mandatarios, alejadas de discusiones políticas y egos individuales.

Finalmente, al ciudadano de a pie, no le interesa si fulano o zutano realizó la obra, sino que la misma se concrete para bienestar y disfrute de todos los ibaguereños.

REDACCIÓN EDITORIAL

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