Editorial: Plan para impulsar turismo de naturaleza en el Tolima

Lo cierto es que el ecoturismo cada día coge más vuelo internacional, y nosotros como tolimenses e ibaguereños, aún no hemos dimensionado lo valioso de nuestros paisajes y tesoros escondidos, que los de afuera ya están empezando a ver e incluso a comprar terrenos.

Si el día de hoy se hiciera una encuesta en donde se le preguntara a los ibaguereños y tolimenses sobre la apuesta turística de la ciudad y el departamento, probablemente una gran mayoría no sabría responderla. Nuestros dirigentes en las últimas dos décadas han querido vender a Ibagué como ciudad musical y no lo han logrado. A pesar de dicha distinción y su ubicación estratégica en pleno corazón del país, no ha sido posible que nuestra capital sea reconocida como destino turístico. Igualmente ha pasado con el departamento del Tolima, el cual cuenta con amplias riquezas naturales, paisajes diversos y gastronomía, pero se ha visto rezagado en la consolidación de su oferta turística. Sin duda, ha faltado iniciativa y mayor compromiso de las dirigencias políticas.

Recientemente Procolombia, entidad encargada de promover el turismo en nuestro país, indicó que el año pasado, 5.464 turistas internacionales visitaron el Tolima, con motivo principal de vacaciones y ocio. De esa cifra, 4.644 llegaron a Ibagué, mientras que 330 llegaron a Melgar, 95 al Espinal, 72 a Honda y 39 al Líbano. Lo anterior, evidenciando el crecimiento que ha tenido el ecoturismo en el departamento, el cual tiene en la biodiversidad y el contacto con la naturaleza, su mayor atractivo. Y es que según datos de la Organización Mundial del Turismo, este tipo de turismo crece tres veces más rápido que el de masas.

Agua, flora, fauna, y naturaleza, son los componentes del ecoturismo, llamado también turismo de ambiente o turismo de experiencias. Las visitas al Cañón del Combeima, de a poco se han vuelto recurrentes por parte de extranjeros, y hoy no es difícil toparse un domingo con ciudadanos de otras nacionalidades disfrutando de una caminata rumbo al Nevado del Tolima. Igualmente pasa en municipios como Honda, hasta donde llegan a visitar los operadores turísticos que prestan servicio de caminatas ecológicas, cabalgatas y paseo en lancha por el río Magdalena. En el Líbano, las más de 10 reservas ambientales adornan los paisajes en medio del clima templado, al igual que en Murillo, en donde se divisa el volcán Nevado del Ruiz. En Anzoátegui, el plan es ir a contemplar las más de 170 especies de aves que adornan su fauna, al igual que la vista al Parque Nacional de Los Nevados, que coge parte de la geografía de este municipio.

Sin embargo, y a pesar del crecimiento superlativo en este tema, sigue haciendo falta fortalecer aún mucho más este tipo de actividades, y por supuesto darlas a conocer. Por ejemplo, muchos desconocen que Ibagué cuenta con más de 10 reservas naturales, y varios sitios en donde se puede ir a descansar, alejados del estrés de la ciudad y en pleno contacto con la naturaleza. A pesar de que nuestra ciudad recientemente ha sido sede de la V Cumbre de la Cotal, y se ha hecho partícipe de diferentes eventos de suma importancia para el turismo, no se ha visto una intención clara y estratégica de parte de los dirigentes políticos, en la cual busque aprovechar las riquezas naturales y la amplia diversidad con la que cuenta nuestra ciudad y departamento.

Lo cierto es que el ecoturismo cada día coge más vuelo internacional, y nosotros como tolimenses e ibaguereños, aún no hemos dimensionado lo valioso de nuestros paisajes y tesoros escondidos, que los de afuera ya están empezando a ver e incluso a comprar terrenos. ¿Qué tal si fortalecemos el ecoturismo en nuestra tierra?

REDACCIÓN EDITORIAL

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