Denuncias sí, pero no así

Lo curioso es que el Uribe que antes criticaba y consideraba como traición a la patria lo hecho por Piedad Córdoba, hoy como senador ha repetido casi que sus mismas actuaciones.

Cuando Álvaro Uribe fue presidente de Colombia, constantes fueron las visitas de la entonces senadora Piedad Córdoba a países como Ecuador, Venezuela y Cuba. Las cruzadas de la congresista como miembro de la oposición al gobierno, se basaban principalmente en criticar duramente al presidente colombiano en todos los escenarios posibles. Habría que recordar aquella conferencia en México, en donde Piedad invitó a los gobiernos del continente a romper relaciones con Colombia, ya que según ella, nuestro país estaba gobernado por un presidente mafioso, asesino y paramilitar.

Incluso Córdoba afirmó que el gobierno de Uribe carecía de legitimidad, contrariando la evidente aprobación que tenían en ese momento políticas como la seguridad democrática y que sostuvo a Uribe con un buen margen de aprobación al terminar su mandato.

Hoy la historia de las visitas internacionales se ha repetido con el mismo Uribe, esta vez del otro lado de la moneda y como líder de la oposición del gobierno de su sucesor. El ex mandatario luego de romper relaciones con quien otrora fuera su mejor ministro, ha emprendido una carrera internacional para criticar visceralmente al actual gobierno colombiano y argumentar principalmente en contra del proceso de paz con las Farc. Lo curioso es que el Uribe que antes criticaba y consideraba como traición a la patria lo hecho por Piedad Córdoba, hoy como senador ha repetido casi que sus mismas actuaciones.

Su supuesta reunión con Donald Trump en compañía de Andrés Pastrana, y de la cual no se ha sabido si realmente existió, pues no hay ni una foto que lo confirme, solamente es una de las varias eventualidades propiciadas por Uribe en distintos países para atacar al gobierno, como aquella vez en la que realizó una gira por más de 15 naciones europeas con el fin de desprestigiar los acuerdos de paz. Se haya dado o no un encuentro con Trump, lo que sí hay que decir es que tanto Piedad en su momento, como actualmente Uribe y Pastrana, tienen todo el derecho de salir del país y realizar las denuncias que consideren pertinentes, el dilema del asunto es que aquellas no se basen en mentiras y exageraciones con el fin de buscar réditos políticos. En efecto la carta enviada por Uribe al congreso norteamericano resulta siendo un tanto calumniosa, pues evidencia en ocho puntos, verdades a medias y posturas exageradas como aquella de comparar a Colombia con el régimen que actualmente gobierna Venezuela.

Se puede estar en total desacuerdo con el gobierno de Santos, porque además no haría falta buscar argumentos para criticarlo, pero salir a gritarle al mundo con mentiras, y en especial a un presidente que ha demostrado ser poco racional y amigo de las bombas y los misiles, resulta además de oportunista, irresponsable de parte de dos personajes que tienen la investidura de expresidentes.

REDACCIÓN EDITORIAL

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