Realidad de la infancia tolimense

Otras de las trabas que existen con la contratación del transporte escolar son las exigencias del Ministerio de Educación Nacional, las cuales aparentemente estarían afectando a algunos transportadores que no cumplen ciertos requisitos.

Así como todavía se presentan quejas y dificultades en la prestación del servicio de alimentación escolar en los municipios del Departamento, actualmente el tema que tiene preocupados a una buena cantidad de padres de familia en el Tolima, es la ausencia de convenios con las empresas que prestan el servicio de transporte escolar a cientos de niños de distintas veredas y corregimientos.

El problema es que una buena parte de las mismas no quieren contratar con la Gobernación del Tolima, pues aún les adeudan dinero de la vigencia anterior y no han podido liquidar los viejos contratos.

Aquella demora en los pagos se presenta en 35 municipios y también corresponde a que algunos de los informes entregados por las empresas transportadoras, han presentado errores y fueron devueltos para su corrección.

No obstante, mientras eso ocurre, solamente en Anzoátegui, 200 niños de la Institución Educativa Juan Carlos Barragán, tienen que recorrer largas distancias caminando, aquello sumado al infortunio de que en lo corrido de este año han estado excluidos del programa de alimentación escolar (PAE).

Otras de las trabas que existen con la contratación del transporte escolar son las exigencias del Ministerio de Educación Nacional, las cuales aparentemente estarían afectando a algunos transportadores que no cumplen ciertos requisitos.

Aquí hay que decir que al igual que con el tema de la alimentación escolar, lo que se busca es que los niños reciban un servicio óptimo y eficiente. El problema con ello es que algunos de los requerimientos se salen del alcance de varias de las empresas tolimenses, lo cual dificulta los procesos de selección.

Lo cierto es que tanto el PAE, así como el servicio de transporte, aunque le asiste principalmente al Gobierno departamental garantizar con los recursos de regalías el cumplimiento de los mismos, también las administraciones municipales deben velar porque aquellos les lleguen a sus paisanos, y de no ser así, al menos mientras se soluciona el tema, buscar alternativas para los mismos. Es inadmisible que algunos mandatarios le tiren toda la pelota a la Gobernación y desliguen su responsabilidad en el asunto.

Ojalá, que pensando detenidamente en los cientos de niños que exponen sus vidas en carreteras y caminos para llegar a educarse esperanzados en un futuro mejor, la Administración departamental intervenga con mayor vehemencia para solucionar el asunto, que pareciera más de falta de gestión, diálogo y consenso, que de ausencia de recursos, pues según lo dicho por Jairo Cardona, secretario de Educación departamental, nueve mil millones serán invertidos para este semestre.

¿Con que aliento y ánimo podrá caminar un niño por varias horas, con el estómago vacío?

REDACCIÓN EDITORIAL

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