¡El bien germina ya!

Hoy como cada 20 de Julio las calles se engalanan para ver a esos hombres y mujeres que con errores y virtudes, como cualquier ser humano, también lo han dado todo para que superemos nuestras penurias y rompamos las cadenas que todavía nos envuelven.

Se cumplen 207 años del grito de independencia en Colombia y anualmente para esta fecha entre colombianos cuestionamos si realmente nuestro país es libre y soberano. Los supuestos abusos de un Gobierno que ha sido llamado equivocadamente “régimen” por los miembros de la oposición, así como también las inexistentes cadenas opresoras del imperialismo yanqui, hacen parte de los motivos de una discusión que hoy están lejos de ser una realidad. Aunque para muchos no lo parezca, Colombia es libre desde 1810.

Aun así, desconocer los múltiples problemas que hemos tenido que enfrentar como país a lo largo de nuestra historia sería una equivocación. Probablemente nos quedaríamos cortos para contarle a las nuevas generaciones lo que nuestros ancestros vivieron a causa de la violencia partidista, la guerra de guerrillas, el narcotráfico, entre otros miles de problemas que poco a poco hemos ido superando y dejando en el camino.

Pese a ellos, hoy en pleno 2017 nadie puede decir que este país está preso o que vive bajo una dictadura, más allá de las inconformidades e incluso odios que pueda despertar Juan Manuel Santos.

En Colombia a pesar de los problemas vigentes como la corrupción y que con el fin del conflicto armado es el nuevo blanco al cual debemos apuntar con fuerza, aún se respetan las libertades como aquella de elegir (bien o mal) cada cuatro años a la persona a la cual sentar en la silla presidencial de la Casa de Nariño. Igualmente, aquí hay un Congreso que aunque desprestigiado y con algunos ‘pillos’ sentados allá, se elige y se vota con plena conciencia y que a diferencia de Venezuela con quienes los oportunistas suelen compararnos, aún tiene un poder y una autoridad válida para ejercer plenamente sus funciones. Tristemente en el hermano país no es así.

En los libros de historia y en los viejos titulares de prensa quedarán consignadas nuestras tragedias y alegrías, y las hazañas de quienes a diario se levantan para hacer de Colombia un país mejor. Hoy como cada 20 de Julio las calles se engalanan para ver a esos hombres y mujeres que con errores y virtudes, como cualquier ser humano, también lo han dado todo para que superemos nuestras penurias y rompamos las cadenas que todavía nos envuelven. La invitación desde aquí es esa, que nos unamos como sociedad y sigamos luchando para seguir siendo un país libre, justo y cada día más igualitario y próspero, y para que a la larga, algún día podamos decir con tranquilidad que cesó la horrible noche.

REDACCIÓN EDITORIAL

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