Vencer al corrupto, tarea de todos

La lucha contra la corrupción le compete al país entero e independientemente de los colores políticos y las diferencias, esperaríamos que no haya quien se oponga a algo semejante.

El problema de la corrupción en Colombia no tiene fecha de nacimiento. No se tiene claridad acerca de los orígenes de este flagelo, más allá de los escándalos políticos que han sacudido al país y que mucho tiempo antes de que cesara el conflicto armado con las Farc, estaban ahí bajo la cortina de las culpas de las balas sin que se notara mucho.

Con la firma de los acuerdos de paz y el fin de un conflicto que por medio siglo colmó titulares de prensa, espacios en los noticieros y puntos principales en la agenda política de nuestros gobernantes, aquel problema que estaba olvidado e invisibilizado hoy es el punto más sensible de la agenda, no solo por lo que pueda representar en términos electorales, sino también porque al final es un problema que termina afectando e indignando tal y como lo hicieran los secuestros, las pescas milagrosas y demás problemas que poco a poco hemos superado.

Por esta y muchas más razones, entre ellas las últimas “perlas” que han dejado estupefacta a la opinión pública, como aquella de que el Fiscal Anticorrupción resultó preso por corrupto, la senadora Claudia López, junto a su equipo del Partido Alianza Verde, puso en marcha la recolección de firmas para convocar una consulta popular anticorrupción. Tres millones de colombianos deberán apoyar la iniciativa, que abarca siete puntos estratégicos de cara a la lucha contra este flagelo, principalmente en medio del ejercicio político.

La reducción del salario de los congresistas, penas de cárcel y ningún beneficio para las personas condenadas por corrupción, cero contratación a dedo en las entidades del estado, presupuesto de alcaldías y gobernaciones concertados en audiencias públicas con la ciudadanía, permanente y estricta rendición de cuentas en los congresistas, declaración de renta y bienes de los funcionarios antes y mientras se ocupa un cargo público, y finalmente el límite máximo de tres periodos en asambleas, concejos y Congreso son los siete puntos que conforman la ambiciosa propuesta.

Lo importante del asunto es que el tema de la lucha contra la corrupción compete al país entero e independientemente de los colores políticos y las diferencias, esperaríamos que no haya quien se oponga a algo semejante. Lo otro es que la misma, como mecanismo de participación ciudadana, se convierte en un instrumento fuerte para que los inconformes y todo aquel que vive quejándose a través de las redes sociales por los problemas de corrupción, la perpetuación en los cargos de elección popular, los altos salarios de los congresistas y las triquiñuelas de los ladrones de cuello blanco por fin puedan hacer algo a través de su firma y su voto.

Hasta el 31 de este mes habrá plazo para firmar en la página vencealcorrupto.com. ¿Usted ya lo hizo?

REDACCIÓN EDITORIAL

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