Victimario exaltado

Famosas también fueron las imágenes cuando Briceño, considerado el hombre fuerte del ala militar de esa guerrilla, custodiaba bajo unas rejillas de alambre de púa al estilo de los campos de concentración nazis, a policías, militares y políticos secuestrados en condiciones infrahumanas.

Bastante indignación causó el “homenaje” al excomandante guerrillero Jorge Briceño, más conocido como el ‘Mono Jojoy’ y quien fue dado de baja por el Ejército hace siete años. Lo que se creía era una broma de mal gusto cuando circuló en redes sociales una imagen en la que se invitaba al evento, terminó siendo cierto, y generó gran controversia no solo entre opositores del acuerdo de paz con las Farc, sino también en personas que apoyaron el proceso, y que vieron en ello una afrenta a miles de víctimas y una provocación innecesaria a sus detractores.

Lo primero que habría que decir es que, si hubo un hombre sanguinario y mezquino al interior de las Farc, fue precisamente Briceño, a quien se le atribuyen miles de asesinatos, atentados y masacres, como la ocurrida en Mitú en 1998, y en donde fueron secuestrados una buena cantidad de policías, entre ellos John Frank Pinchao y Luis Mendieta.

En un video que se conserva muy bien en Internet, pero también en la cabeza de los colombianos, se ve a ‘Jojoy’ dar instrucciones, ayudado con una maqueta y ordenando dicho ataque en el que se usaron metrallas, tatucos, y todo tipo de armamento, incluso en contra de la población civil. Famosas también fueron las imágenes cuando Briceño, considerado el hombre fuerte del ala militar de esa guerrilla, custodiaba bajo unas rejillas de alambre de púa al estilo de los campos de concentración nazis, a policías, militares y políticos secuestrados en condiciones infrahumanas.

Pese a que el gobierno Santos firmó unos acuerdos de paz con las Farc, y en donde quedó establecida su reinserción a la vida civil, sucesos como el del homenaje, significan una revictimización a través de ofrendas florales a un hombre que lejos estuvo de defender a los humildes como afirmaron las Farc para justificar el acto. Olvidan los excombatientes que, pese a que una buena cantidad de colombianos los “perdonaron” con el único fin de que dejaran las armas, lo hicieron justamente para que cesara la guerra, más no porque se identificaran con sus posturas ideológicas. Una cosa es dejar los odios a un lado y tratar de cicatrizar la herida, y otra tener que lidiar con este tipo de agravios que buscan enaltecer la figura de una persona que mucho daño le hizo al país, y que en nada contribuyen a esa paz estable y duradera, la cual también debe estar representada en la resiliencia a través de la reparación, y la no repetición.

Si para muchos tener que lidiar con que Timochenko, Márquez, y compañía hoy sean figuras políticas, ya es un “sapo” bastante grande que los colombianos deberán tragarse, el homenaje a ‘Jojoy’, fue uno innecesario y que, en lugar de ayudarles en esa casi imposible tarea de ganar confianza, lo que hizo fue aumentar la polarización y el rechazo, incluso de a quienes se les iba olvidando todo el mal que causaron.

REDACCIÓN EDITORIAL

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