El reto es la movilidad

En los últimos años, quienes han tenido la responsabilidad de estar a cargo de la Secretaría de Tránsito en el municipio, parecieran haber sido ajenos a los problemas de la ciudad.

Ibagué es una ciudad pequeña en constante y rápido crecimiento. A lo largo del tiempo hemos ido avanzando en diferentes frentes, pero en lo que concierne a la movilidad vial, nos hemos quedado cortos con nuestras cuatro avenidas. Para nadie es un secreto que la carrera Quinta hoy se quedó pequeña debido a la gran cantidad de busetas, que la avenida Guabinal y la Sexta parecen parqueaderos públicos, que la Ambalá es imposible en horas pico y que la Cuarta y la Ferrocarril, terminan siendo las vías de escape a Mirolindo y la Pedro Tafur, que al medio día son unos “tacos”.

Sumado a ello, en los últimos años, quienes han tenido la responsabilidad de estar a cargo de la Secretaría de Tránsito en el municipio, parecieran haber sido ajenos a los problemas de movilidad y el resultado no ha sido otro que accidentes, congestión vehicular, entre otros inconvenientes. Desde luego que la responsabilidad principal recae en los mandatarios que han sido temerosos y faltos de visión para entender que es necesario buscarle alternativas concretas y definitivas al problema de embotellamientos, más allá de los paños de agua tibia del pico y placa.

Una gran alternativa en cuanto a infraestructura vial ha girado en torno a la promesa de la puesta en marcha de una avenida circunvalar o la carrera 13, y el reparo de otro tipo de calles como la 103, y la diagonal 82 que se han quedado justamente en propuestas incumplidas, y que mejorarían considerablemente la movilidad.

A aquello parece querer apuntarle el alcalde Jaramillo luego de casi terminar su segundo año de mandato, quien, en junio del año entrante, estaría iniciando la ejecución del plan de movilidad y espacio público que contempla la construcción de un deprimido en la calle 60, la ampliación de la avenida Ambalá, además de las paralelas del Jordán, par vial de la calle 25, la calle 94, entre otras.

Unos 623 mil millones de pesos costaría toda la inversión, la cual se realizaría por cobro de valorización, y que a todas luces pareciera responder a las necesidades que tiene la ciudad musical frente al tema. La carrera 13 que atravesaría el sector ecológico de San Jorge, sin duda alguna se convierte en la principal y gran propuesta que, de concretarse, avanzaríamos considerablemente, incluso por delante del deprimido de la 60, del cual antes no se había hablado y pareciera ahora ser el ‘Florero de Llorente’ en la puja con la Gobernación.

REDACCIÓN EDITORIAL

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