Extorsión a la orden del día

También esperamos un director del Coiba de Picaleña mucho más comprometido con la seguridad del penal, lo cual debe incluir que nadie, absolutamente nadie, pueda tener acceso a llamadas clandestinas y menos para delinquir desde allá. ¡Ni más faltaba!

Bastante preocupante resultan las cifras dadas a conocer por EL NUEVO DÍA relacionadas con el delito de la extorsión en el Departamento. Pese a que las autoridades correspondientes, como lo es el Gaula de la Policía, en cabeza del Brigadier General, Fernando Murillo, han propinado golpes contundentes en los últimos días en el país, el Tolima sigue siendo un foco importante de dicho delito.

Aunque aparentemente existan diferentes actores relacionados con la extorsión a comerciantes en algunos municipios del sur del Tolima debido a los reductos de la guerrilla y las bandas criminales, el 85% de las extorsiones en el Departamento se realizan desde las cárceles, teniendo como principal al Coiba de Picaleña de la ciudad de Ibagué.

Pese a la existencia de la famosa y poco querida antena por los vecinos del sector y que no permite el buen funcionamiento de las líneas celulares en los barrios aledaños, los criminales presos se las ingenian para realizar las llamadas de intimidación y extorsión tanto a ciudadanos del común, así como a comerciantes, e incluso al mismo alcalde de la ciudad de Medellín, Federico Gutiérrez, quien en días pasados fue informado por el Fiscal General de la Nación de un plan para asesinarlo, comandado por Freyner Ramírez alias “Carlos Pesebre”, recluido en la cárcel Picaleña de Ibagué.

Hoy además de generar un llamado de atención no solo en la cárcel de Picaleña, en donde las cosas parecieran no estar funcionando bien desde hace un buen rato, también las alertas deben ser para la ciudadanía, quienes de manera incauta terminan suministrando datos, direcciones, teléfonos, entre otros, a través de las distintas redes sociales y llamadas telefónicas.

No hay ninguna otra razón para que un interno de alta peligrosidad tenga acceso a un teléfono celular desde la cárcel, que la corrupción y los dineros calientes para con los dragoneantes; y, justamente eso es lo que preocupa y habría que parar de raíz.

“Yo no pago, yo denuncio” es el mensaje que la Policía le ha ido brindando a la ciudadanía hace años y precisamente se convierte en el arma más contundente para erradicar la extorsión. A través del 123, de la línea del Gaula, de la Fiscalía o la misma Policía Nacional, cualquier ciudadano puede poner en conocimiento de las autoridades si está siendo víctima de amenaza o extorsión, contando con garantías mínimas de protección.

Desde aquí celebramos los resultados del Gaula a nivel nacional, así como también las últimas capturas realizadas en Ibagué y de quienes serían los enlaces con los delincuentes en Picaleña, pero esperamos mejores y mayores resultados teniendo en cuenta la desorbitante cifra de las extorsiones carcelarias. También esperamos un director del Coiba de Picaleña mucho más comprometido con la seguridad del penal, lo cual debe incluir que nadie, absolutamente nadie, pueda tener acceso a llamadas clandestinas y menos para delinquir desde allá. ¡Ni más faltaba!

REDACCIÓN EDITORIAL

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