El periodismo, más que una pasión

Salvo las posturas que cada persona pueda tener frente a quienes lideran dicha causa, justamente el trabajo periodístico en este caso, y no solo de dos o tres personas, ha servido para que la gente se entere, opine, difiera, controvierta, y eso es algo totalmente válido, mucho más en una causa, que perjudica a todos los ibaguereños.

Más allá de traer a la memoria alguna frase célebre sobre el periodismo, repetida hasta el cansancio en fechas como hoy, quisiéramos iniciar este texto recordando la importancia de nuestra profesión en cualquier sociedad. El periodismo entendido como el oficio de informar, opinar, y persuadir para bien, a través de los distintos géneros, resulta siendo una labor esencial y necesaria en este mundo cada vez más convulsionado y por momentos distópico.

Si hay una profesión amenazada y hostigada a diario por gobernantes, influyentes y poderosos, es justamente la del periodista, que, con grabadora en mano, y el anhelo de cambiar su entorno, se enfrenta con las arremetidas de quien critica como parte de su profesión, y es allí cuando vienen las descalificaciones, las calumnias, y las autocensuras a razón de temores o amenazas de cortar la pauta, que aunque necesaria, jamás deberá estar por encima de la función social y el compromiso de los medios de comunicación.

Hoy, el mejor homenaje que pudiera hacérsele a un profesional del periodismo, es justamente darle ánimo y fuerza, y creer en su trabajo. Cada vez es más complejo desempeñar dichas labores, y mucho más en un país como el nuestro en donde cientos han sido los sacrificados. Guillermo Cano, Diana Turbay, Orlando Sierra, Jaime Garzón, y muchos otros, han entregado su vida y en todos ellos, a excepción del caso de Orlando, han quedado en la cochina impunidad.

Por estos días, los periodistas de la ciudad han ejercido con carácter y firmeza el papel de transformadores de la sociedad, y han puesto en conocimiento de la ciudadanía y las autoridades, presuntas irregularidades frente al tema de la actualización catastral en Ibagué, y en donde según versiones y testimonios, contratistas del Igac no han actuado con transparencia.

Salvo las posturas que cada persona pueda tener frente a quienes lideran dicha causa, justamente el trabajo periodístico en este caso, y no solo de dos o tres personas, ha servido para que la gente se entere, opine, difiera, controvierta, y eso es algo totalmente válido, mucho más en una causa, que perjudica a todos los ibaguereños.

Sin embargo, el periodismo no puede seguir siendo trincheras de odio, y ese es el gran reto que tenemos los medios de comunicación, y mucho más quienes estamos en las regiones. Cuando se radicalizan las posturas vienen los sesgos, y con los sesgos viene la desinformación, y eso es algo a lo que hay que huirle cuanto antes, pues el periodismo no se hizo para pelear con nadie, ni mucho menos para saciar los egos de ningún colega.

Muchos podrían decir que esta dura labor es una pasión, y con algo de cierto en esa teoría, habría que decir que cuando se escribe con pasión, o se habla con pasión frente a una cámara o un micrófono, la neutralidad se ve afectada, y por ende el trabajo de quien ejerce también.

La consigna pareciera sencilla según Kapuscinski: Buenos seres humanos, antes que buenos periodistas, porque lo primero lleva a lo segundo, pero lo segundo, conflictúa muchas veces con lo primero.

¡Feliz día periodistas!

REDACCIÓN EDITORIAL

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