Ojo con las “fakes news”

De acuerdo con lo dicho por la Corte y basada en la libertad de información y opinión que tiene cada persona en Colombia, la información presentada por cualquiera a través de dichas herramientas, deberá ser sustentada con suficiencia y no basarla en rumores que atenten contra la honra y el buen nombre de terceros.

En tiempos de post verdades o post verdades a medias, la regulación de las redes sociales es fundamental. Poner un trino o una publicación en Facebook, hoy en día puede tener un gran alcance, pues el acceso a dichas plataformas está a la orden del día, y a diferencia de lo que ocurriera en tiempos anteriores, en donde solamente los jóvenes contaban con un perfil en internet, hoy adultos e incluso gente de la tercera edad como es el caso de la famosa tuitera Rosa Moreno, debaten a diario en la red del pajarito.

El avance de la tecnología, sumado a otro tipo de factores, ha permitido que quien tenga una cuenta en alguna red social, se convierta en un comunicador por excelencia, y aunque aquello no está mal para quienes deciden hacerlo con respeto, argumentos y conocimiento; aquello se vuelve un problema cuando se comparte o retransmite información falsa, injuriosa, y agresiva, o se incita a la generación de odios y polémicas, muchas veces innecesarias.

Pensando en ello, la Corte Constitucional decidió según sentencia, conminar a todo aquel que se exprese públicamente en redes sociales sobre algo o alguien, a que lo haga basado en hechos verídicos y casi con la misma rigurosidad exigida a los medios de comunicación. De acuerdo con lo dicho por la Corte y basada en la libertad de información y opinión que tiene cada persona en Colombia, la información presentada por cualquiera a través de dichas herramientas, deberá ser sustentada con suficiencia y no basarla en rumores que atenten contra la honra y el buen nombre de terceros.

Hoy en día es común que no solo comunicadores de profesión y periodistas de oficio se dirijan a las diferentes audiencias a través de las redes sociales, sino también ciudadanos del común, muchas veces sin tener la debida responsabilidad frente a lo que dicen, generando falsas informaciones o las popularmente conocidas como “fake news”, que infortunadamente han ido cogiendo vuelo en quienes no se toman el trabajo de contrastar, revisar otras fuentes, o simplemente leer acerca de lo que ese alguien les está diciendo y van compartiendo a su vez dichas informaciones con otras personas, generando una gran cadena de desinformación, que crece como bola de nieve.

Ojalá que, con dicha medida, aquellos portales digitales espurios y que crecen como arroz a manera de medios de comunicación en Colombia y en Ibagué y que sirven de trincheras para los intereses politiqueros de algunos, midan mejor sus contenidos, pero, sobre todo, comprendan que los medios son medios y no cajas de resonancia de ningún partido o grupo político. De la misma forma la regulación pareciera estar dirigida a los famosos “opinadores de redes sociales”, quienes comentan en todos lados cualquier cosa y se valen de calumnias para dañar el buen nombre de personajes públicos, empresas e instituciones, generando desinformación. Esta semana lo vivimos cuando a raíz del famoso predialazo, se crearon más de cuatro perfiles en Facebook con el fin de dañar la protesta con descalificaciones y falsedades. ¿Quién paga eso? Seguro, quienes salen a defender.

REDACCIÓN EDITORIAL

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