Feliz día tolimenses

La falta de visión de las clases políticas en los últimos años, han dejado que nuestro departamento, se estanque por momentos en la pobreza y el abandono estatal, tal y como ha ocurrido en municipios que han sido azotados por el conflicto armado.

Bajo una ordenanza del año 2001 del entonces gobernador Guillermo Alfonso Jaramillo, se institucionalizó el 12 de abril como día oficial del Tolima. La fecha, consagrada por la historia como el día en el que se estableció el estado soberano del Tolima, desde entonces ha servido para recalcar nuestras raíces, y destacar a los hijos de esta tierra, que han hecho historia en la vida pública y política del país.

De nuestro departamento, otrora, han salido personajes brillantes, juristas destacados, maestros de la música, e incluso Presidentes, y muchos son los que aún se conservan en la memoria política del país. Ilustres caballeros como Darío Echandía, y mujeres valiosas como Leonor Buenaventura, la novia de Ibagué, así lo confirman.

El día de hoy, no tendría sentido dejar de hablar de todo aquello que representa a quien como hijo grato que nace en esta tierra, y lleva su nombre en alto sin importar si es reconocido o no en su profesión. La pujanza del tolimense, representada en sus ganas por salir adelante, pese a la fama de perezosos que nos diera aquel reconocido personaje de Celio en la televisión, hacen que quien de aquí se gesta, a donde quiera que vaya, se destaque por su solidaridad, su templanza, y su berraquera.

Muchas serían las cosas que pudieran destacar a nuestro terruño, conocido como la tierra firme, bañada por el Magdalena, y adornada por las cumbres de sus nevados. No hace mucho hablábamos de un gran potencial a nivel gastronómico y turístico que tenemos, pero que desafortunadamente, no hemos sabido explotar. La falta de visión de las clases políticas en los últimos años, han dejado que nuestro departamento, se estanque por momentos en la pobreza y el abandono estatal, tal y como ha ocurrido en municipios que han sido azotados por el conflicto armado, que luego de 60 años, pareciera por fin dejarnos en paz.

Independientemente de sus gentes, malas o buenas, como es normal, el Tolima hoy, día en el que nos debemos sentir orgullosos por lo que somos, y por la fortaleza y tesón que representa la historia del indio Pijao, requiere que se le nombre y reconozca por lo bueno, por la lucha y la defensa de los derechos humanos, las buenas causas y los proyectos de desarrollo y bienestar, y no como ha venido ocurriendo con el tristemente célebre episodio del desfalco de los Juegos Nacionales, y la participación de abogados nuestros en el mal llamado “cartel de la toga”.

Sea el Aguardiente, sea el Deportes Tolima, sean las notas musicales que recorren las calles de algunos empobrecidos municipios, o sea la firmeza y talento de personajes reconocidos en todos los campos profesionales, lo más claro es que sea lo que sea que nos represente, el tolimense se siente orgulloso de ser tolimense, de haber pisado la UT o la Unibagué, de haber estado por lo menos una vez sentado en el Alberto Castilla o el Teatro de la Tercera, y de poder decirle al resto de los colombianos, que aquí hay un día oficial del tamal y la lechona, de que tenemos folclor en junio, y de que por aquí nacieron y vivieron Álvaro Mutis, Jorge Isaacs, Gloria Valencia, Emeterio y Felipe, Jorge Barón, Alberto Piedrahita Pacheco, William Ospina, entre muchos otros.

REDACCIÓN EDITORIAL

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