¿Será nuevo el rector?

Por último, es importante decir que vamos a estar vigilantes y denunciaremos a los cuatro vientos, si quien creemos es ratificado por el Consejo Superior, defrauda a todos los que han dado su voto de confianza y se presta para el clientelismo para las elecciones regionales del año entrante, como lo hicieron los antecesores.

Mañana el Consejo Superior de la Universidad del Tolima, tendrá la responsabilidad de elegir a la persona que ocupará la rectoría del alma mater en propiedad hasta el 2022.

Luego de la terrible época de los años 2014 y 2015, en donde gracias a una pésima administración, el déficit financiero alcanzó cifras históricas, y la UT estuvo a punto de ser intervenida; la puesta en marcha de un gobierno de transición a cargo de Ómar Mejía Patiño y el respaldo económico del gobernador Barreto, ha permitido que la Universidad esté saliendo adelante, tomando decisiones que, aunque impopulares, como el despido de funcionarios que no se necesitaban, resultaron teniendo efectos positivos.

Hoy, la Universidad tiene otra cara, y lo más importante, casi que ha superado la situación que originó el déficit dejado por su antecesor en un 64%. Debido a ello, una buena parte de la comunidad universitaria, incluso antiguos detractores; han visto con buenos ojos la gestión del actual rector, quien en la consulta realizada el pasado fin de semana, superó a los otros tres aspirantes, ganando lejos en todos los estamentos, con un total de 5390 votos.

Aunque los resultados de dicha consulta no son vinculantes en la decisión final a cargo del Consejo Superior, aquello demuestra que la gran mayoría aprueba y prefiere que sea Mejía, quien continúe al frente de la universidad, durante los próximos tres años. No obstante, la crítica que hoy vale la pena traer a la discusión, y que debería replantear el Consejo, es que dicha consulta no permite la votación de los profesores de cátedra que representan más del 70% del profesorado.

Contemplando todos estos antecedentes, no sería incoherente pensar que por el bien de la continuidad de los procesos que se vienen tomando con el fin de sacar a la U de la crisis definitivamente, así como la tan anhelada acreditación institucional, y la puesta en marcha de la necesaria reforma académico-administrativa, sería Mejía Patiño, la opción, pues viene demostrando buen juicio, ser una persona respetuosa y abierta al diálogo y la construcción de una mejor universidad, que pese a sus problemas y antiguos verdugos, jamás ha caído, y por el contrario, actualmente pareciera empezar a recuperar el lugar que le corresponde, al menos es lo que anhelamos.

Por último, es importante decir que vamos a estar vigilantes y denunciaremos a los cuatro vientos, si quien creemos es ratificado por el Consejo Superior, defrauda a todos los que han dado su voto de confianza y se presta para el clientelismo para las elecciones regionales del año entrante, como lo hicieron los antecesores.

REDACCIÓN EDITORIAL

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