Un encuentro histórico

De aquella reunión, quedaron algunos puntos positivos, tales como la promesa de Corea de detener las provocaciones a sus vecinos del sur, y la posibilidad de que Estados Unidos levante las sanciones a ese país, y a su vez, también deponga sus intenciones armamentistas.

Atrás quedaron las frases beligerantes de un lado y del otro, y las amenazas de una tercera guerra mundial suscitadas entre Estados Unidos y Corea del Norte. El esperado encuentro entre Donald Trump y Kim Jong-Un, finalmente ocurrió en Singapur, ante la mirada atónita del mundo, que no se imaginó ver tan pronto a ambos líderes mundiales darse la mano y hablar de manera cordial y conciliadora.

Luego de que Trump alimentara la idea de querer apretar el famoso botón de las bombas nucleares, y Kim le siguiera el juego, generando terror en el resto del mundo; esta semana, mientras la atención estaba centrada en la inauguración del Mundial, y en Colombia, en la final del fútbol en donde nuestro Tolima se coronó campeón, ambos presidentes firmaban un sencillo, pero comprometedor acuerdo en el que coincidieron en principio a que Estados Unidos brinde seguridad y genere confianza a Corea del Norte, y éste, a su vez, comience con la desnuclearización de la península coreana. Ambas cosas sin ser específicamente explicadas.

Es de recordar que la preocupación de Trump, al igual que la de varios países en el mundo, giraba en torno a las poderosas armas nucleares con las que aparentemente cuenta Corea del Norte, y las constantes pruebas balísticas que realiza, teniendo como foco de atención, la risa provocadora del líder norcoreano con cada disparo, y que frente a Trump, pareció verse tímido y algo incómodo.

De aquella reunión, quedaron algunos puntos positivos, tales como la promesa de Corea de detener las provocaciones a sus vecinos del sur, y la posibilidad de que Estados Unidos levante las sanciones a ese país, y a su vez, también deponga sus intenciones armamentistas. Aunque el acuerdo firmado en la cumbre entre ambos líderes pudiera quedarse corto para tanta parafernalia, según algunas agencias internacionales, hubo puntos de acuerdo entre ambos mandatarios que no quedaron allí consignados, y que representarían la mejora de las relaciones entre ambas naciones, aquello con la promesa de que tanto Trump, como Kim Jong, visiten Corea del Norte y Estados Unidos, respectivamente.

La famosa cumbre, y que tranquilizó a más de uno, empezando por las bolsas mundiales, aunque sencilla, y con promesas de fondo a las que faltará tiempo y voluntad para poder llevarse a cabo logró su cometido, el cual era acercar a ambas naciones a través de un espacio de cordialidad, y eso es algo que le viene bien no solo a dichos países, sino al mundo entero. Que dos personas con el poder que ambos representan, hayan pasado de las amenazas en Twitter con “oprimir el botón”, se hayan podido sentar a dialogar e incluso a elogiar, mucho más de parte de Trump, ya convalida un logro, y da pie para un mejor camino de aquí en adelante.

A propósito de ello, que positivo ver a Vladimir Putin, junto al príncipe de Arabia Saudita, disfrutando de la inauguración del mundial, y bromeando al momento de los goles.

REDACCIÓN EDITORIAL

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