¿Bueno, malo o remalo?

Y porque como dijéramos anteriormente, cuando se han robado la plata, tal y como pasó en Ibagué con el tema de los Juegos, lo anormal sería no desconfiar, no indagar, no cuestionar.

A un mes de que se cumpla el año de encargo de Julio César Vásquez como Contralor de Ibagué, han surgido varias críticas por cuenta de los resultados entregados recientemente por esa entidad, respecto a hallazgos fiscales en la administración municipal en los últimos dos años, que hoy vale la pena comentar.

El primer gran detractor de la gestión realizada por Vásquez, es justamente el ex Contralor (también encargado), Diego Visash, quien calificó de mentirosa la auditoría realizada para la vigencia 2017, y en donde la contraloría en cabeza de Vásquez, solamente evidenció hallazgos por 17 millones de pesos. Para Visash, la cifra es superficial y vergonzosa, pues según sus cálculos, y su experiencia en el cargo durante aquellos días, los hallazgos deberían redondear los $25 mil millones. Temas como el del alumbrado navideño, los polémicos pesebres de Infibagué, los contratos de pavimentación, el PAE, entre otros, deberían evidenciar una cifra más elevada según los cálculos del excontralor, quien ha cuestionado con vehemencia el informe publicado.

A ese manto de duda, habría que sumársele los hallazgos fiscales en la Gestora Urbana, no solo en el periodo del alcalde Jaramillo, sino en los tiempos de Chucho Botero, y Luis H. Rodríguez, y en donde se habla de pérdidas de más de mil millones de pesos. Misteriosamente, dichas responsabilidades fueron archivadas por el contralor Vásquez.

No obstante, la noticia hoy, al presentar esos resultados, que resultan extremadamente menores a lo que estamos acostumbrados, y por tanto debería ser visto como algo positivo, termina siendo todo lo contrario. La desconfianza e incredibilidad tiene que ver justamente con lo que denunciara Visash, y con todo aquello que nos ha ocurrido en Ibagué en términos de corrupción, que nos hacen dudar de todo, no porque ello no pueda ser cierto, sino porque además de lo aquí descrito, entendemos que el contralor Vásquez es viejo amigo de los Jaramillo, y de las entrañas del Partido Liberal.

En este caso, lo “bueno” de que la cifra sea solamente $17 millones, suponiendo que es acorde y seria la auditoría, es que poco a poco vamos venciendo el despilfarre, termina siendo malo, justamente porque los argumentos parecieran ser contrarios a la realidad de las cosas, y porque como dijéramos anteriormente, cuando se han robado la plata, tal y como pasó en Ibagué con el tema de los Juegos, lo anormal sería no desconfiar, no indagar, no cuestionar.

Hoy, creemos que es necesario despolitizar las Contralorías y Personerías, pues, aunque algunos digan, que dentro de los candidatos opcionados para suceder a Vázquez, no hay nadie con vínculos políticos, aquellos terminan convertidos y acomodados al momento de recibir un voto de un diputado o un concejal en el caso de la Personería, y puntos como los méritos y capacidades técnicas, terminan en un tercer plano.

Lo “bueno” termina siendo malo, porque en efecto no era tan bueno, pues como decían las abuelitas, de eso tan “bueno” no dan tanto. ¡Qué paradoja!

REDACCIÓN EDITORIAL

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