Gritos de SOS en el Espinal

No puede ser posible que el segundo municipio más grande del Tolima, y aún con todo lo que representa para el agro, especialmente el arroz, tenga problemas tan graves de inseguridad como los que se han evidenciado.

Hace unos días el pueblo espinaluno marchó cansado por la inseguridad que vive a diario. El municipio más grande del Tolima, junto a Ibagué, su capital, en los últimos meses se ha convertido en blanco fácil para los delincuentes, y pareciera que una de las causas, es justamente la falta de efectivos policiales, pues según lo denunciado, en el pueblo del San Pedro, únicamente se cuenta con ocho agentes por turno para todo el municipio, cosa que es absurda y difícil de creer.

Sin embargo, decenas de robos y atracos en lo corrido del 2018, confirman la versión, de que, en el pueblo de la tambora, desde hace bastante tiempo impera la delincuencia. Raponazos, robo a mano armada, y atracos como el que se presentó la semana anterior en el Hotel Las Américas, son el pan de cada día, y lo que es más grave, dichos delincuentes, según pobladores del Espinal, no son oriundos del pueblo, sino que van de paso, robando a sus anchas ante la vista de todos.

A bordo de una motocicleta, dos hombres con armas de fuego llegaron hasta el reconocido hotel, e intimidaron a la mujer de la recepción, quien, con un grito desesperado, logró ahuyentar a los maleantes antes de que se robaran el botín. Contando con suerte, los sujetos en lugar de accionar su arma, decidieron emprender la huida y el suceso no tuvo nada que lamentar, más allá de un buen susto.

Ante las denuncias que han realizado algunos espinalunos en la mayoría de medios de comunicación y en donde se han identificado lugares de presa fácil para los ladrones, como el parque Mitológico y en cercanías del Itfip, resulta entonces pertinente, que la Policía, en equipo con la Secretaría de Gobierno Departamental, coordinen con la Alcaldía, un plan de choque para hacerle frente a los delincuentes. No puede ser posible que el segundo municipio más grande del Tolima, y aún con todo lo que representa para el agro, especialmente el arroz, tenga problemas tan graves de inseguridad como los que se han evidenciado.

Desde aquí nos solidarizamos con los espinalunos, así como lo hemos hecho en el pasado con Fresno y Mariquita, y esperamos que las autoridades tomen cartas en el asunto. Ese lema de “el que la hace la paga” promovido por el presidente Duque, no puede ser solo un eslogan de campaña, y es obligación de los gobiernos locales, implementar esas políticas, aún sin desconocer, que en Colombia la justicia cojea, más que cualquier cojo.

REDACCIÓN EDITORIAL

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