Casa de la Verdad en el Tolima: para no repetir lo que pasó

La verdad, hoy más que nunca, sigue siendo objeto de marcada polarización en Colombia. Pero no se nos debe olvidar que debe ser un componente imprescindible en la búsqueda incansable de la paz.

Es posible vencer el odio, es posible vencer la muerte, es posible comenzar de nuevo”. La frase es del Papa Francisco y la pronunció a comienzos del mes de septiembre de 2017 en su histórica visita a Villavicencio, Meta. Para ese momento, se vio conmovido al Pastor de la Iglesia Católica, por tantas historias que habían quedado en el corazón de las víctimas, tras los 50 años de conflicto irregular en Colombia.

Expertos aseguran que en un conflicto armado tan crítico, como el que vivió Colombia en las décadas precedentes, la primera sacrificada es la verdad. Sencillamente, porque a los victimarios, estén en el bando que estén, no les interesa que se sepa con claridad qué ocurrió. Pero las víctimas están demostrando que esta ya no es la época del miedo, del terror, del silencio y que pueden sacar la cabeza para hacer catarsis y contar lo que pasó; así ese ejercicio les vuelva a remover los sentimientos encontrados guardados en el corazón y la memoria.

La apertura de una Casa de la Verdad en Ibagué, cuya principal promotora es la Comisión de la Verdad, es, en criterio del exgobernador Fernando Osorio Cuenca, un espacio de libertad, donde no hay lugar para la especulación ni la inquisición. Por el contrario, es el punto de encuentro para aportar, libremente, al esclarecimiento de los momentos que vivió el conflicto armado.

Las víctimas, sin distingo, podrán dirigirse allí y contar su propia verdad. Contar con detalles, donde sucedieron los hechos, cuando sucedieron, quienes fueron los protagonistas. En general, todo lo que no pudieron narrar en otros escenarios, por diferentes circunstancias. Allí, también los promotores visualizan una rica agenda cultural y de eventos académicos para enriquecer y promover la convivencia ciudadana.

La verdad, hoy más que nunca, sigue siendo objeto de marcada polarización en Colombia. Pero no se nos debe olvidar que debe ser un componente imprescindible en la búsqueda incansable de la paz. Por ello, asistir masivamente a aportar relatos sobre lo que pasó a la Casa de la Verdad significa un avance gigantesco en la búsqueda del resarcimiento y la no repetición.

Es el momento de poner en práctica, sin miedo, las frases del Papa Francisco: “Verdad es contar a las familias, desgarradas por el dolor, lo que ha ocurrido con sus parientes desaparecidos; verdad es confesar qué pasó con los menores de edad reclutados por los actores violentos; verdad es reconocer el dolor de las mujeres víctimas de violencia y de abusos”.

REDACCIÓN EDITORIAL

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