El turismo y las plazas de mercado

Este trabajo debe continuar y sería una tarea de la próxima Administración municipal ocuparse de temas como el fortalecimiento de las plazas de mercado. Qué bueno sería que el ibaguereño pudiera hacer mercado con comodidad, limpieza y seguridad en las plazas; que se pudiera tomar un buen café y que pudiera llevar a sus invitados a disfrutar de nuestra diversidad gastronómica tolimense.

Las plazas de mercado surgieron como puntos de encuentro alrededor de los cuales comenzaron a desarrollarse las ciudades. Han sido referentes de su historia, su crecimiento y tradiciones. Eran el sitio de reunión de los campesinos que llegaban a vender sus productos o a hacer trueques como forma de comercio. Con el desarrollo de las ciudades, creció y se diversificó la competencia, y las plazas de mercado se fueron ubicando en sitios establecidos. En Ibagué lo hicieron cada siete cuadras: en la Séptima, la Catorce, la Veintiuna y la Veintiocho.

Hoy, en las grandes ciudades del mundo las plazas de mercado se han posicionado como sitios turísticos y gastronómicos importantes. Las administraciones locales han invertido en arreglos y limpieza de las instalaciones, mobiliarios para los stands y las plazoletas de comida; se han convertido en sitios atractivos a la vista, con control y señalización adecuada, para ofrecer al visitante un espectáculo organizado de color y variedad, y un sitio de reunión de los ciudadanos, como antes sucedía.

El turista también ha cambiado. Hoy busca contacto con los lugares más tradicionales de las ciudades; quiere conversar con el campesino y los locales. Se interesa por las hierbas medicinales. Busca las artesanías y la comida local porque, no podemos olvidar que, en estos espacios de gran valor patrimonial, se ofrece la comida más tradicional de los pueblos, cuyos saberes y sabores han pasado de generación en generación.

No nos parece difícil que algo similar pueda suceder en Ibagué: Las plazas de mercado se pueden fortalecer y convertirse en referentes turísticos de la ciudad. Una alianza entre la Alcaldía y el Sena para asesoría en temas gastronómicos, de manipulación de alimentos y de servicio; un trabajo con las universidades en procesos de formación en servicio al cliente y manejo empresarial; una conexión con los medios de comunicación en la difusión de las bondades de volver a la Plaza, apoyarían en este proyecto cultural y turístico de ciudad.

El alcalde Jaramillo ha orientado muchos de sus esfuerzos a la recuperación de los parques, a la construcción de ciclorrutas y a emprender otras batallas que han hecho que Ibagué haya comenzado a salir del desastre en el que se encontraba.

Este trabajo debe continuar y sería una tarea de la próxima Administración municipal ocuparse de temas como el fortalecimiento de las plazas de mercado. Qué bueno sería que el ibaguereño pudiera hacer mercado con comodidad, limpieza y seguridad en las plazas; que se pudiera tomar un buen café y que pudiera llevar a sus invitados a disfrutar de nuestra diversidad gastronómica tolimense.

REDACCIÓN EDITORIAL

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